Menuda semanita llevamos los enfermeros desde que conocimos, a través de la prensa, la sentencia que inhabilita a una enfermera, durante dos años, por notorio incumplimiento de las funciones de su cargo.
Aunque desconocemos los porqués que provocaron la apertura del expediente, todo nos hace pensar en una maniobra de la dirección de su hospital buscando sancionar a una "oveja descarriada", más sabiendo que no ha habido denuncia ni por usuarios ni por facultativos.
Sin embargo, esta desagradable situación, que inicialmente era algo local, puede crear un conflicto interprofesional enorme teniendo en cuenta lo desmesurado y anacrónico de la sentencia, máxime si lo denunciado es que administró un antitérmico a un paciente con fiebre sin la preceptiva orden médica
Solo hay que leer la noticia en Diario Médico, sus comentarios y la respuesta del Consejo General de Enfermería para hacerse una idea.
Desde que se conoció la noticia se ha formado un enorme revuelo en las redes sociales y no paran de abrirse debates enfermeros, y es que no es para menos.
Todos sabemos como funciona la sanidad y cómo, en multitud de ocasiones, los enfermeros tenemos que actuar adelantandonos a los acontecimientos, para evitar complicaciones, y administrar tratamientos que no serán prescritos inmediatamente.
Diría sin temor a equivocarme, que más del 95% de los profesionales enfermeros en el ejercicio de su profesión han suministrado tratamientos sin ninguna prescripción, y que nunca han llegado a ser prescritos, aun con la consabida orden verbal y la supuesta orden escrita posterior. Conociendo esta realidad y juzgados con la Ley del 73, todos estos enfermeros estaríamos inhabilitados.
Y me pregunto yo quién sería entonces el que soportaría a los pacientes desorientados (sin haloperidol pautado), febriles (sin paracetamol pautado), con dolor (sin ninguna analgesia prescrita), insomnes (y así un interminable etc.), pacientes con requerimientos cada 15 minutos, y que el especialista de guardia no quiere ni siquiera saber de ellos, y al que cuando le preguntas, te contesta "el paciente no es mío, que lo vea su médico mañana..." y que como mucho al principio del turno te hace el comentario "...esta noche ya sabes, manga ancha..."
Hay que poner los pies en el suelo y asumir la realidad sanitaria de hoy en día, y esa es que la enfermería decide, asume responsabilidades, lo hace con conocimiento de causa, analizando el diagnostico y el tratamiento prescrito (hecho por el médico), y administra aún sin prescripción previa algunos fármacos como parte de los cuidados enfermeros, con los suficientes conocimentos, y lo hace por el paciente, por su bien, para evitar sufrimientos y esperas innecesarias, porque es la enfermería la que está junto al paciente y no el prescriptor de turno.
Esta sentencia puede ser un cisma en el trabajo en equipo interprofesional, pero es que desgraciadamente y a estas alturas de la película me vais a permitir que no termine yo de creerme eso del trabajo en equipo, en la relación médico-enfermero. Este trabajo se hace de profesional a profesional, de igual a igual, y no de superior a inferior, y es que como escuché hace poco en el hospital "Encima de tratarnos como putas, no vamos a poner la cama", así que habrá que amarrarse los machos porque vienen curvas.
Esta sentencia puede ser un cisma en el trabajo en equipo interprofesional, pero es que desgraciadamente y a estas alturas de la película me vais a permitir que no termine yo de creerme eso del trabajo en equipo, en la relación médico-enfermero. Este trabajo se hace de profesional a profesional, de igual a igual, y no de superior a inferior, y es que como escuché hace poco en el hospital "Encima de tratarnos como putas, no vamos a poner la cama", así que habrá que amarrarse los machos porque vienen curvas.
Por eso es necesaria la modificación y el pleno desarrollo de la Ley del Medicamento que le de cobertura a este tipo de actuaciones que llevamos años haciendo.
Al menos por mi parte, quiero dejar claro que si la ley no me ampara para tomar ciertas decisiones, tomaré otras, seré el que dé los mejores cuidados que estén a mi alcance con los mejores medios que tenga disponibles y los que tengan la mejor evidencia científica sin ser "ni la secretaria, ni la chacha" de nadie.
De no ser así,...uhmmm..., de no ser así. Algunos (muchos diría yo) dejarían de tener plácidas y tranquilas guardias para pasarse el tiempo prescribiendo cada orden que requiera cada paciente (por muchas malas caras y contestaciones que den).
De no ser así,...uhmmm..., de no ser así. Algunos (muchos diría yo) dejarían de tener plácidas y tranquilas guardias para pasarse el tiempo prescribiendo cada orden que requiera cada paciente (por muchas malas caras y contestaciones que den).
Quizás ha llegado el momento de poner las cartas boca arriba.
Lo mismo ha llegado el momento de hacer enfermerActivismo a la japonesa. Quizás ha llegado el momento de probar que pasaría si, por un día, volviéramos a ser enfermeras del 73. Quizás haya llegado el momento de que toda la enfermería hospitalaria española use mas el teléfono para llamar al especialista que el fonendo.
Convirtamos el 10 de octubre en el Día de la Cofía.
Que ese día, ninguna enfermera haga nada sin una orden médica escrita. Que ese día, ninguna enfermera tome ninguna decisión que no le pertenezca. Que ninguna enfermera asuma responsabilidades que no sean suyas.
Hagamos nuestro trabajo como los firmantes de la sentencia dicen que debe ser.
Nosotros trabajamos de tarde y lo vamos a hacer... ¿y tú?