Mal vamos si tenemos que rehumanizar algo tan humano como la asistencia sanitaria, si tenemos que humanizar el parto, las urgencias o cualquier otra cosa.
Obviamente no criticamos las iniciativas, la mayoría de ellas lideradas por gente que lo que quiere es mejorar la calidad de la asistencia sanitaria que prestan. Gente preocupada por su quehacer diario y que han decidido dar un paso adelante con los recursos que tienen: ilusión, compromiso y redes sociales.
Como recientemente nos explican en este post de NuestraEnfermería, tanto la ya veterana iniciativa HU-CI, una iniciativa más que interesante y que ha puesto el foco en lo que no se estaba haciendo bien proponiendo cambios sustanciales en las UCIs de España (y fuera de ella) y que ha sabido utilizar toda la potencia de las redes sociales para conseguir darle visibilidad al problema que dio origen a la iniciativa, la iniciativa HURGE, que pretende humanizar la atención que se da en las urgencias y las emergencias o la más reciente, proyecto HUGES propuesta hace unos días por el incansable Albert Cortés, quieren y hacen lo mismo, proponer desde abajo mejoras para que los de arriba se den cuenta de que algo no va bien.
El problema es que los de arriba, los responsables de que nuestra asistencia sanitaria esté en la situación que está, no se han parado a pensar en qué es lo que ha pasado para que surjan estas iniciativas.
Tan solo se limitan a hacerse la foto, a decir en público y sin sonrojo que hay que humanizar la asistencia sanitaria (recientemente lo hizo la consejera andaluza en las jornadas de SADECA), a proponer planes de humanizaciones de la asistencia sanitaria como en el SESCAM o la Comunidad de Madrid (hay hasta una viceconsejería para eso) o incluso a montar una fundación para proponernos que hay que aumentar la formación en humanismo en las facultades y cuyos patronos son las organizaciones colegiales (médicas,enfermeras y farmacéuticas) tan corresponsables como el resto de habernos traído hasta aquí.
Como recientemente nos explican en este post de NuestraEnfermería, tanto la ya veterana iniciativa HU-CI, una iniciativa más que interesante y que ha puesto el foco en lo que no se estaba haciendo bien proponiendo cambios sustanciales en las UCIs de España (y fuera de ella) y que ha sabido utilizar toda la potencia de las redes sociales para conseguir darle visibilidad al problema que dio origen a la iniciativa, la iniciativa HURGE, que pretende humanizar la atención que se da en las urgencias y las emergencias o la más reciente, proyecto HUGES propuesta hace unos días por el incansable Albert Cortés, quieren y hacen lo mismo, proponer desde abajo mejoras para que los de arriba se den cuenta de que algo no va bien.
El problema es que los de arriba, los responsables de que nuestra asistencia sanitaria esté en la situación que está, no se han parado a pensar en qué es lo que ha pasado para que surjan estas iniciativas.
Tan solo se limitan a hacerse la foto, a decir en público y sin sonrojo que hay que humanizar la asistencia sanitaria (recientemente lo hizo la consejera andaluza en las jornadas de SADECA), a proponer planes de humanizaciones de la asistencia sanitaria como en el SESCAM o la Comunidad de Madrid (hay hasta una viceconsejería para eso) o incluso a montar una fundación para proponernos que hay que aumentar la formación en humanismo en las facultades y cuyos patronos son las organizaciones colegiales (médicas,enfermeras y farmacéuticas) tan corresponsables como el resto de habernos traído hasta aquí.
Mal vamos si creen que sin reducir las listas de espera (lo que requiere un profundo análisis y una importante inyección económica), sin mejorar las ratios de enfermería (este artículo de Jose Miguel Morales deberían leerlo todos los decisorios políticos) o sin reconfigurar el sistema para poner a la atención primaria donde debería estar (este post de Juan Simó nos explica bien dónde está ahora), los pacientes se va a sentir mejor tratados solo con la empatía, la sonrisa y una gran H en el pecho de la enfermera de urgencias.
Mal vamos si los que deciden creen que solo con poner una H delante se va a conseguir mejorar el sistema sanitario sin necesidad de hacer un análisis profundo, serio y crítico y sin hacer un esfuerzo económico, político y transformador.
Mas vamos si los que deciden creen que solo con postrero, con una H que parece que todo lo puede, vamos a mejorar el sistema sanitario.
Mal vamos si los que deciden creen que solo con poner una H delante se va a conseguir mejorar el sistema sanitario sin necesidad de hacer un análisis profundo, serio y crítico y sin hacer un esfuerzo económico, político y transformador.
Mas vamos si los que deciden creen que solo con postrero, con una H que parece que todo lo puede, vamos a mejorar el sistema sanitario.