lunes, 23 de noviembre de 2015

LEAN, Coco y Gestión Clínica


Estos meses han sido frenéticos. Entre formación recibida e impartida, participar en Jornadas y Congresos como asistentes o como ponentes, no hemos parado ni para publicar en el blog.

A principios de Octubre nos apuntamos a un curso sobre Metodología LEAN en la Escuela Andaluza de Salud Pública. Tanta caña nos ha metido Iñaki González con su Osenseis en estos años que ya era hora que nos formáramos en aquello que nos gusta y nos parece superinteresante para "repensar" el funcionamiento de las organizaciones.

Aunque algo sabíamos de LEAN, de sus 7 desperdicios, de quitar todo aquello que no aporta, de las 5 eses, del PUSH y el PULL... aun no nos habíamos formado formalmente. Por eso, además de inscribirnos en el curso fuimos a la sesión presencial de mismo donde 
- oh sorpresa - se terminó hablando algo de gestión clínica.

Después acudimos al III Congreso de la Asociación de Enfermeras de Hospitales de Andalucia (ASENHOA) donde participábamos, gracias Cipriano por la invitación, con una ponencia (de una mesa virtual). Allí se habló de muchos temas interesantes y de actualidad, y también, de nuevo, se volvió a hablar de Gestión Clínica.

Puede que porque era un congreso de enfermeras o porque alguien pensó que la gestión clínica es algo novedoso (en Andalucia llevamos liados con el termino más de 8 años) alguna explicación nos recordó a Coco "el de Barrio Sesamo" cuando contaba aquello de lejos y cerca.

Y como en Barrio Sesamo, nos quedamos en la explicación y poco más. Porque se habló de la capacidad de las enfermeras para dirigir unidades, de cogobernanza pero con enfermeras que gestionan enfermeras y médicos que gestionan a todos, de unidades intercentros pero con responsables independientes en cada centro. En definitiva, de un modelo teórico que suena bien pero que en la práctica es seguir haciendo lo mismo.

Después estuvimos de nuevo en la Escuela Andaluza de Salud Pública en las 6ª Jornadas de Gestión Clínica. Y claro aquí se volvió a hablar del mismo tema. 

El primero que lo hizo fue el mismisimo gerente del SAS, Jose Manuel Aranda, que abría las jornadas. Todo volvió a ser explicado como en Barrio Sesamo. aunque esta vez el auditorio no estaba lleno de enfermeras - o sea, que no solo las enfermeras son mediotontas -

En su glosa habló de un modelo consolidado (aunque el 40% de los trabajadores no conoce los objetivos de las unidades), de buenas prácticas, de usar la evidencia disponible, de medir resultados y de nuevos modelos de directivos. 

Cerró las jornadas el inimitable Julio Mayol. Su teoría del "imperativo categórico" como madre de todos los males del sistema sanitario y de que, en el fondo, nos hacemos trampas al solitario cada vez que hablamos de gestión clínica, nos sonó a gloria bendita. Alguien que ponía en duda todo lo escuchado con anterioridad. A muchos los hizo revolverse en sus asientos. Un resumen de su intervención lo puedes leer en esta noticia.

Llegados a este punto, solo teníamos tres cosas claras... tenemos que dejar de mentirnos, tenemos que repensar el sistema (sin mentirnos) para cambiarlo desde dentro y hay que profesionalizar la gestión (de verdad).

Pocos días después, casi leyéndonos el pensamiento, Carlos Arenas, gerente del Área IX de Salud de Murcia y para nada sospechoso de ser un arribista o bolchevique como nosotros, publicaba un artículo en el que hablaba precisamente de eso, de profesionalizar la gestión pero sin amiguismos.

Días mas tarde, coincidiendo con el interesante VII Encuentro de Directivos de la Salud que seguimos por las redes, el gerente del SAS fue un poco más allá y recogiendo el guante lanzado por Carlos Arenas y reconociendo que es difícil encontrar directivos, se comprometió a profesionalizar a los directivos de la organización.

Y claro, llegados a este punto, en el que todos sabemos que es la Gestión Clínica y que es lo que tenemos que hacer, ya solo queda aplicar el primero de los 10 Mandamientos de LEAN que hace unos años publicó Iñaki González en su Osenseis.

Sin ese primer paso seguiremos, como dice Julio Mayol, haciéndonos trampas al solitario.

Aun así nos quedamos con lo positivo, parece que algo está cambiando en los mensajes institucionales.


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