Desde que tengo uso de razón, recuerdo palabras y expresiones que me costaba entender. Preguntaba a mis padres continuamente por ellas porque me mataba no saber que significaban.
Un grupo de estas expresiones eran los refranes. Nadie puede decir que no ha escuchado algún refrán que no entendía y que por mucho que se preguntara, tus padres solo sabian decirte, cuando seas mayor lo entenderas. Seguro que más de uno ha oido aquello de "Cuando seas padre comerás huevos". Éste me mataba... y ahora lo entiendo perfectamente.
Y lo mismo me pasaba con algunas profesiones. Me costaba asociar muchos nombres a la labor real que realizaban. Hasta que mis padres no me explicaron que era un fresador pensaba que era el que cogia fresas, el encofrador el que hacia cofres para los piratas, el proctólogo el que sabia hablar procto o el funcionario el que hacia funcionar todas las cosas (cuánto me equivocaba con éste).
Pero hubo una que no supieron explicarme nunca.
Mi padre directamente evitaba las preguntas y, si por un casual, llegaba a acorrarlarlo, me contestaba que nunca habia visto ni conocido a nadie de esa rama profesional.Y mi pobre madre, que siempre trató de explicármelo todo, ya fuera por mi escasa capacidad para concebir sus explicaciones en una imagen de 3 dimensiones o porque no sabia dar una explicación completa sin dar demasiados detalles, tampoco fue capaz de que entendiera bien a que se dedicaban esos profesionales.
La cuestión es que, cosas del destino, casi en la inflexión de la campana de Gauss de la vida, va y la campaña publicitaria de un suplemento alimenticio me lo explica muy gráficamente.
Gracias a este video ya se que es un #empotrador.