Las enfermeras sabemos de sobra
que nuestra profesión es una de las profesiones más infravaloradas cultural,
social y económicamente.
Por eso nos sentó tan bien que Carlos Francino, periodista del programa La Ventana de la SER, nos dedicara un trocito de su programa reconociendo esto mismo hace unos días.
Todos los que nos dedicamos a cuidar a los demás, algo tan inmaterial, sabemos que siempre saldremos perdiendo con nuestros compañeros médicos, que hacen cosas más concretas, más técnicas y en un entorno medico centrista.
Es una especie de pelea perdida de antemano.
En este blog siempre hablamos de que las enfermeras tenemos que hacer un esfuerzo suplementario en hacernos visibles. Tenemos que hacer un esfuerzo extra para que la ciudadanía nos valore más por lo que hacemos y que, en la mayoría de los casos, hacemos tan bien.
Eso es lo que ha hecho Caitlin Brassington, una enfermera australiana, en su muro de Facebook harta de que le digan que si es sólo una enfermera. Y se ha hecho viral.
Y por eso mismo, más aún que las palabras de Francino, nos han gustado las de Caitlin, que hemos traducido y que reproducimos a continuación, porque están escritas desde el corazón, desde el mosqueo de la falta de reconocimiento al trabajo diario y desde la desesperación de alguien que, si bien no espera un premio, valora un agradecimiento, como ella misma expone en esta entrevista en un medio local después del revuelo que sus palabras han creado.
Acabo de llegar a casa después de un turno horrible, con una pinta muy ordinaria con mi pijama de enfermera. En el camino a casa hoy, paré para comprar leche y me encontré con una conocida. Ella nunca me había visto con mi uniforme y me dijo que nunca se había dado cuenta de que “solo soy una enfermera”. Guau! Después de mis más de 18 años de carrera, he oído esta frase muchas, muchas veces, pero hoy me llegó... ¿Solo soy una enfermera?
He ayudado a traer bebés al mundo, muchos de los cuales necesitaron asistencia para dar su primera respiración y, aun así, solo soy una enfermera. He cogido sus manos y he garantizado la dignidad de pacientes mientras daban su último suspiro y, aun así, solo soy una enfermera.
He dado consejo durante el duelo a padres que acababan de perder a un hijo y, aun así, solo soy una enfermera.
He reanimado y he traído de nuevo a la vida a pacientes y, aun así, solo soy una enfermera.
Soy los ojos, los oídos y las manos de los médicos, con la capacidad de evaluar, tratar y manejar vuestra enfermedad y, aun así, solo soy una enfermera.
Puedo auscultar los campos pulmonares de un recién nacido y evaluar que pulmón puede tener un problema de ventilación y, aun así, solo soy una enfermera.
Puedo educar a pacientes, cuidadores y a enfermeras noveles y, aun así, solo soy una enfermera.
Soy la defensora de mis pacientes en un sistema sanitario que siempre pone las necesidades de éstos primero y, aun así, solo soy una enfermera.
Me perderé el día de navidad, el cumpleaños de mis hijos o las funciones escolares para venir a trabajar y cuidar de las personas que quieres y, aun así, solo soy una enfermera.
Puedo sacar sangre, canalizar una via y suturar una herida y, aun así, solo soy una enfermera.
Puedo manejar un paro cardiaco en un recién nacido, un niño o un adulto y, aun así, solo soy una enfermera.
Te puedo decir la dosis de adrenalina o amiodarona ajustada al peso que tu hijo puede necesitar para volver a la vida y, aun así, solo soy una enfermera.
Tengo la experiencia y los conocimientos que han salvado la vida de muchas personas. Así que, si solo soy una enfermera, entonces estoy ridículamente orgullosa de serlo.
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