La Consejera esta desnuda... y lo sabe

La semana pasada José Luis Gutierrez, el gerente del SAS, visitó el hospital donde trabajan dos amigas de la blogosfera para explicar las bondades de la Gestión Clínica como en su día hizo cuando estuvo en la EASP hablando del optimismo. Una de ellas, Rosa Mª Nieto, trató de tuitear algunas de las cosas que se dijeron y después, no sin algo de desazón, escribió un post muy interesante (y visceral) con sus sensaciones. No eran demasiado buenas porque lo defendido por el gerente se encuentra demasiado alejado de la realidad asistencial de la enfermería.
Comentamos en varias ocasiones e incluso dijimos que íbamos a escribir un post con nuestra particular visión. Todo lo comentado nos recordaba a un magnifico post de Ramón Lobo en el que analiza el batacazo electoral y las reacciones posteriores del PSOE basándose en aquella famosa fábula del Traje Nuevo del Emperador. Y nuestra satírica intención era hacer un fotomontaje con el gerente desnudo hablando de que unos de los grandes problemas de nuestro sistema es la ingente cantidad de personas, personajes y otras especies autóctonas que, durante décadas de servilismo y clientelismo, pululan alrededor de los responsables políticos bailándoles el agua y dibujándoles un escenario que nada tiene que ver la realidad de todos los días, y mucho más ahora cuando además de la tenaza de la crisis, muchos gerentes han perdido la escasa motivación que les quedaba por la proximidad de una cita electoral con resultado tan incierto como desconcertante para ellos (ambas cosas las explican muy bien José Expósito y Sergio Minue en entradas recientes).
Mientras pensábamos en el post, el debate en el blog de Rosa continuaba con interesantísimas aportaciones de diferentes ámbitos y responsabilidades. Y, de pronto y para sorpresa de muchos, apareció uno de los participantes y nos entregó el borrador del decreto de Gestión Clínica que tan velada y cautelosamente se ha estado editando en estos meses. Y digo nos entregó porque automáticamente estaba rulando por email y colgado en la red a merced de todos.
Después de una breve lectura del borrador, aún más convencido estábamos de la enorme cortina de humo que separa a los que nos dirigen de la base. Un decreto bien intencionado y que incluye enorme cambios en la organización y en las formas de participación de profesionales y ciudadanos en la toma de decisiones pero que mediante una disposición adicional primera (que a nuestro parecer debe ser modificada) vuelve a aposentar toda la responsabilidad en esa clase cortesana tan poco preparada como motivada y que es más que corresponsable de la decrepitud de la actual forma de organización.
Como todos sabéis, nosotros somos partidarios de la profesionalización de la gestión y no somos los únicos. Solo hay que leer muchas de las entradas de Iñaki, de Manyez o, recientemente, de Joan Carles March en diario Público.
Y aquí es donde íbamos a encajar a la enfermería, esa profesión siempre a la sombra, siempre preparada para cualquier eventualidad y siempre condenada a ser la segunda de cualquier estructura organizativa. Porque defendemos la idea de que el líder debe ser aquel que atesore capacidad de liderazgo y no el que sea designado digitalmente (de dedo, claro) por otro con las mismas carencias.
Y en ello estábamos cuando, de pronto, en una segunda edición del blog de Rosa para reconducir el debate, va y participa directamente Mª Jesús Montero, sin coberturas institucionales y sin artificios, como un profesional más poniendo de manifiesto como esto del 2.0 rompe moldes y dogmas y, reconociendo sin querer que se ha dado cuenta gracias a movimientos como el #15M que hasta ahora estaba desnuda. Y además de un plumazo pone en cuestión todas las estructuras clásicas de representación… Y llegados a este punto, no nos queda otra que opinar, que debatir y que participar. La oportunidad es única y puede que irrepetible. Así que todos los que quieran que se pasen por el blog de la Enfermera 2.0 y aporten su punto de vista.
Desde aquí proponemos trasladar el decreto a Gdocs y que sean muchos los que participen en su transformación. Que sea la inteligencia colectiva la que mejore un decreto que viene a transformar profundamente la organización a la que pertenecemos.