Luis vivía solo. Llevaba 76 años viviendo solo. Ahora no tenía apetito y estaba muy débil. Había perdido mucho peso en el último mes. Por eso, su sobrina, era la única familia que tenía, lo trajo a urgencias. En una placa de tórax le vieron una lesión que parecía un tumor. Consultado el internista de guardia, ingresó en nuestra planta con un diagnóstico de lesión pulmonar en estudio.
Por el grave deterioro de su estado general, los primeros días estuvo débil y poco hablador.
Su médico le puso sueroterapia, analgesia y antibioterapia. Le pidió una analítica y una radiografía de Tórax. Mientras nosotros lo aseamos, le dimos de comer, evitamos que le salieran escaras...
A los pocos días Luis ya estaba mejor. Ya charlaba mucho aunque seguía débil.
Su médico mantuvo la sueroterapia, la analgesia y la antibioterapia. No estaba conforme con el resultado de la placa y le pidió un TAC. Nosotros seguimos aseándolo, dándole de comer, evitando que le salieran escaras y empezamos a hablar con él, a escucharlo, a hablar con su sobrina, a saber como era su vida antes de hospitalizarse.
A la semana Luís estaba mucho mejor. Bromeaba y nos contaba como era su vida antes de ingresar, su vida en "la mar".
Su médico le suspendió la sueroterapia y la analgesia. No estaba conforme con el resultado del TAC y le pidió una RNM. Viendo el resultado de la analítica le pidió una COLONOSCOPIA. Nosotros seguimos aseándolo, ayudándole a comer, valorando si tenía dolor, viendo si su sobrina podría hacerse cargo de cuidarlo cuando se fuera de alta... Y ahora también lo preparamos para la COLONOSCOPIA.
Después de tres semanas de ingreso, Luis ya estaba mucho mejor. Era capaz de levantarse y caminar con un caminador. Apenas tenía dolor.
Su médico aún no había suspendido la antibioterapia parenteral y seguía sin estar conforme con los resultados. La masa pulmonar era un tumor primario y tenía varias metástasis. Le pidió una GAMMAGRAFÍA.
Nosotros seguimos aseándolo, ayudándole a comer, valorando si tenía dolor, escuchándolo...
Después de un mes ingresado, una mañana Luis intentó decirle una cosa a su médico. Llevaba dos semanas intentándolo pero no había podido terminar la frase.
"doctor, yo sólo quería..."
"Déjeme Luis, que yo se lo que usted necesita" le contestó su médico y le hizo una interconsulta al neumólogo para que le programaran una FIBROBRONCOSCOPIA y una al oncólogo para iniciar QUIMIOTERAPIA.
A la mañana siguiente Luis estaba triste y sin ganas de nada. El oncólogo rechazo la posibilidad de tratamiento sin hacerle antes la FIBROBRONCOSCOPIA y el neumólogo rechazo la fibro por lo avanzado de la enfermedad oncológica.
Esa misma tarde Luis murió.
Su médico no, pero todo el personal de enfermería conocía lo que Luis quería decirle.
Luis sabía que se moría y solo quería ir a despedirse de sus amigos del bar...
Muchas gracias por vuestro comentario en twitter (un post al estilo @enfermera2pto0 ) Me ha emocionado.
ResponderEliminarEs en estos espacios donde enfermería debe estar, estamos 24 horas con el paciente y su familia y la comunicación que establecemos es fundamental para el diagnóstico humano.
Mucha tecnologia y poca humanización , no nos paramos a pensar qué necesita el paciente, qué quiere realmente, cómo quiere vivir su enfermedad. Ya esta en nuestro espacio y pasamos a decidir por él, en su propio beneficio...que puede no coincida con el nuestro.
Que nadie se sienta herido, no digo que lo realizado sea incorrecto, buscaban sus médicos una solución médica, un porqué biológico.... o puede que si, puede que no hayamos actuado de forma correcta. El tiempo y los avances en Etica nos darán o quitarán la razón.
. Y reflexionemos con este caso de Luis, pongámonos al lado del paciente y su familia, defendamos el derecho a una muerte digna y a despedirse de los amigos del bar.
un bindis por el ;) el que le faltó en el mar con sus amigos del bar
y un beso rosa
Gracias Rosa por tus palabras. El post salió así. No es nuestro estilo (es más el tuyo) pero salió así. Estabamos pensando de qué podíamos hablar en el 24h24p y la historia de Luis andaba rondando... No nos gustó nada como terminó.
EliminarNo hace falta repetirte que eres nuestra musa en temas de "humanización"
Un abrazo
Uf, los pelos de punta con vuestra historia. Una pena que las cosas sigan asi por culpa de unos pocos. Al final, en los cuidados sanitarios, somos tan fuertes como el eslabón más debil, pero todo cambiará (espero que) mañana.
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá cambie y sea mañana... aunque cada día somos más pesimistas. Demasiado factores en contra de este cambio.
EliminarNos vemos en unos días amigasho!!
más humanidad es lo que hace falta en éstos tiempos que corren,más escuchar, más mirar a los ojos,más comprender lo que cada uno quiere. Los libros son buenos hasta cierto punto.Más cursos, no sólo para la atención primaria, sino para todas las especialidades.
ResponderEliminarMás que más humanidad abogaría por menos tecnificación y menos medicina defensiva.
EliminarLa principal diferencia entre estas dos profesiones es que la medicina generalmente mira el contenido y nosotros miramos también el continente... En algunos procesos lo segundo es mucho más importante que lo primero.
Un abrazo y gracias por participar
Impresionante entrada, no se puede decir nada más
ResponderEliminarGracias Carlos por partcipar y por tu comentario. Un abrazo.
EliminarPrecioso, me ha emocionado. En prácticas, durante las guardias, los ratos tranquilos los pasaba con el personal de enfermería. Aprendí muchísimo y espero poder seguir haciéndolo.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
De nuevo gracias por participar Cristina. Lo más bonito de que seamos profesionales tan iguales y tan diferentes al mismo tiempo es que podemos aprender muchos los unos de los otros.
EliminarEl problema que es no todos los medicos son como tu (afortunadamente cada vez hay más) y creen que de nosotros no pueden aprender nada. Cuanto se equivocan!!
A mi me encanta trabajar en equipo y viendo una misma realidad compleja desde diferentes opticas.
Un abrazo
Se me ha puesto el vello de punta y un nudo en la garganta mientras leía la historia, gracias por ésta gran aportación.
ResponderEliminarMuchas gracias David por participar. Esperemos que este post sirva para que, estudiantes de enfermería como tu, no cometan los mismos errores que cometemos nosotros.
EliminarUn abrazo
Sólo una pregunta ¿ninguna enfermera le dijo al médico lo que quería Luis?, ¿al médico solo se le llama cuando hay un paro?, no se qué ha pasado con el ser Biopsicosocial ni con el equipo multicisciplinar, yo soy enfermera de pediatría, allí, quizás por ser niños se ve más. ¿No hubo ningún día en que Luis pudiese haber ido al bar, o traer el bar a la habitación?. Yo creo que es más complicado hacer que los futbolistas firmen una camiseta y casi todos los niños oncológicos tienen una de su equipo favorito, quizás es que con los adultos se tiene menos consideración. Un saludo.
ResponderEliminarAnte todo gracias por participar.
EliminarLa historia está basada en un caso real pero le faltan flecos. Ni "Luis" era un paciente corriente ni su medico lo es pero sirve para escenificar que algunas cosas las hacemos muy mal. Me sentí muy mal cuando Luis murió. De alguna manera sentimos que no habiamos hecho bien nuestro trabajo (no se acaba con el diagnóstico ni con el síntoma).
Te confirmo que en Pediatria la visión es mucho más global que en la medicina (no quirúrgica) del adulto donde prima el diagnóstico a la persona.
Un abrazo y que siga usted buitreando ;-)
Ay, que mal, que mal cuerpo y que pena tan grande, pobre Luís!!! Como acostumbramos a decir, nunca sabemos lo que valen las pequeñas cosas hasta que las perdemos o nos las niegan. Menos pruebas y más humanidad, que os voy a contar!!!
ResponderEliminarSuerte que os tuvo cerca queridos shuflas y demás miembros de la Jungla, estoy convencida que a pesar de todo Luís se fue con una sonrisa gracias a tod@s vosotr@s.
Abrazossss,
Gracias Monica por participar.
EliminarAunque somos muchos los que intentamos que estas cosas no pasen, cuando ocurren se te queda una enorme sensación de no haberlo hecho lo suficientemente bien... Hay muchas cosas que modificar y a todas no llegamos. Pero lo intentamos.
Un abrazo.
Hola Chicos: gracias por compartir esta vivencia con Luis, lo lamento y perdonad, pero entiendo ese sentimiento. Una vez cuidamos a Ana, una chica de 23 años que estuvo mucho tiempo entre nosotros y que soportó miles de pruebas para poder dar con su diagnóstico: Hablé con ella, hice una investigación cualitativa en forma de relato biográfico y me regaló sus palabras, justo unos meses antes de fallecer, nunca la olvidamos: Yo escribí hace unos años: "...el paciente en las garras de la medicina moderna es sólo un ejemplo de la humanidad atrapada en sus técnicas perniciosas.
ResponderEliminarResulta tremendamente perjudicial tener algo que se parece a muchas diferentes enfermedades, pero no es ninguna de ellas, porque para descubrir de cuál se trata, te tienes que pasar un tiempo considerablemente amplio en un hospital y aceptar pacientemente, sin queja, protesta o lucha, múltiples pruebas complementarias, que como su nombre indica, tratan de complementar la idea que se busca. Pero esa prueba no añade nada nuevo a aquello y predomina la creencia de que la mala salud definida y diagnosticada es infinitamente preferible a toda otra forma de etiqueta negativa o a la falta de toda etiqueta.
Cuando precisamente esta falta de etiqueta, obliga a un paciente a permanecer durante meses, ingresado en un hospital, se van a suceder infinidad de situaciones, emociones, relaciones, vivencias y realidades, que la sitúan en un estado de vulnerabilidad continuo.
La humanización de la asistencia sanitaria es labor de gestores, profesionales y pacientes. Así el ejercicio humanista debe hacerse patente en un doble sentido: en primer lugar, reconociendo la subjetividad de la enfermedad; en segundo lugar, el papel del profesional debe ir encaminado al manejo de esa situación, con el objeto de prestar un apoyo lo más congruente y competente posible con el padecimiento..."
Un abrazo.
Gracias Virginia por tu comentario. Casi todos los enfermeros de hospitalización con unos cuantos años a la espalda han vivido situaciones parecidas porque, tristemente, son demasiado frecuentes.
EliminarMe quedo con tu reflexión. Creo que el problema de la deshumanización es un problema, como dices, de todos.
Un abrazo.
Grande, muy grande. Un post muy grande. Gracias
ResponderEliminarGracias Miguel. Un enorme placer que pases por este blog.
EliminarUn abrazo
Hola, estoy conmocionada. Mi experiencia reciente en relació a la atención va en esa linea, parcialmente. Durante 15 dies mi madre estuvo muy grave ingresada en dos hospitales hasta su fallecimiento. Durante ese periodo mi valoración como enfermera/familiar de paciente, es que mostraron mas cercania y mas empatía los médicos que las enfermeras. Lo digo con dolor y en ese sentido quisiera romper con el estereotipo del médico/médica tecnócrata y la enfermera a la cabecera de la cama próxima al paciente. De hecho, la monitorización, el control de signos, nos hace no escuchar la verbalización de los síntomas, incluso del dolor físico (no ya espiritual)por parte del paciente.
ResponderEliminarSaludos a tod@s y deberíamos reflexionar mas al respecto.
Gracias por aportar tu punto de vista. Es una pena lo que cuentas.
EliminarEl post solo es una historia donde no hay estereotipos... aunque los hay en el subconsciente de todos. Que el colectivo medico se este deshumanizando por dias es malo pero que lo hagamos nosotros es malo malisimo.
Un abrazo
Buenos días. Tenía pendiente comentar este post y hasta este momento no he podido pasarme. Además, el autor del post, también se ha interesado en conocer mi opinión, así que...
ResponderEliminarPodríamos hablar de la experiencia: sin duda, situaciones como ésta, hacen temblar los cimientos de la sanidad. Si los pacientes son el eje del Sistema,¿Porqué siguen pasando estas cosas?
Podríamos hablar de los aspectos legales: ¿Que sucede con la Ley de Dignidad ante el proceso de la Muerte? ¿La conocemos, la conocen los pacientes?
Podríamos hablar de la humanización de la asistencia sanitaria, de los pequeños detalles, de la comunicación, de la empatía,... ¿Pero no son cosas que siempre hacemos? Todavía hay personas que dicen que todo esto no es necesario.
Podríamos hablar de la tecnología: los pacientes y los profesionales confiamos en la tecnología, y cada vez más, y nos olvidamos de las necesidades más básicas, incluso de preguntar... ¿Como estás?
Podríamos hablar de las lecciones aprendidas: ¿Y ahora qué? ¿A partir de ahora como afrontaremos estas situaciones? ¿Seguirán igual, o las trataremos en una sesión clínica multidisciplinar para aprender y que no vuelva a suceder?
Podríamos hablar de la toma de decisiones...¿compartidas?
Podríamos hablar de lo que se ve (pruebas, pruebas y pruebas...) y de lo que no se ve (necesidades, preocupaciones, soporte)...
Podríamos hablar, hablar, hablar... pero también hacer, hacer y hacer.
Un saludo Andoni y gracias por compartir la experiencia.
Gracias por dejarnos tu punto de vista Serafín, sabes que intentamos sacar a la palestra las cosas que realmente nos preocupan, compartirlas y conocer el punto de vista de los demás, para así poder intentar buscar la mejor solución, a veces fuera de nuestro alcance, pero no por ello dejamos de intentar cambiar las cosas.
EliminarMagnífica entrada y después del turronero es difícil aportar algo nuevo, simplemente contaré una historia de cuando era estudiante que me marcó un camino a seguir en AsdS
ResponderEliminarGracias por participar Rafa....Un abrazo
EliminarUn relato bastante duro, pero cierto. Estoy muy de acuerdo con el comentario de Serafín. Muchas veces se omite el derecho a morir dignamente. El paciente debe ser el centro del sistema y tomar decisiones en el proceso de cura. Es una lástima que ocurran casos como los que comentais.
ResponderEliminarEn todas las politicas sanitarias de los últimos tiempos se dice que el centro del sistema es el paciente, y cuando vemos estos casos, nos damos cuenta que queda lejos de ser una realidad, el que el paciente pueda decidir, pero es misión nuestra la de velar porque no pasen estas cosas, e intentar siempre que el paciente tenga la última decisión.
EliminarGracias por participar
Noemi. (alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta historia porque refleja lo que muchas veces he visto en el hospital. Hay profesionales sanitarios, no solo médicos, que intentan solucionar las cosas a su manera sin tener en cuenta lo que piensa el paciente, sin escucharlo. Además, muchas veces nos creemos que nosotros lo sabemos todo y dejamos a un lado el poder de decisión que cada persona tiene sobre sí misma, sobre su salud.
La escucha activa forma parte de las intervenciones de enfermería, y es tan importante como cualquier otra (canalizar una vía, administrar medicación...). La base central del carisma de enfermería no es curar, sino CUIDAR y, en este sentido, la escucha y la atención a las personas como tal es lo que nos diferencia de otros profesionales de la salud.
Lidia (alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarEstamos ante un caso que se vive cada día en nuestra practica clinica y podría llamarse paternalismo asistencial, o lo que es lo mismo " Todo para el paciente pero sin el paciente" la ciencia avanza cada día más y la población envejece y se muere cada vez a edades más tardías, tenemos una concepción de la vida en la que nos aferramos a ella y pocos de nosotros estamos preparados para rechazarla (ya que nos viene impuesta culturalmente) o para contemplar otras opciones de aquí surge un encarnizamiento terapeutico con el paciente y hacemos lo imposible por mantenerlo con vida con nuestras mejores técnicas pero en muchas ocasiones se olvida lo más básico que es escucharlo, atenderlo, comprenderlo y darle la opción de elegir, porque puestos en su lugar a todos nos hubiese gustado como personas libres que somos elegir sobre nuestro futuro y tener como dice el texto la oportunidad de desperdirnos de nuestros amigos o seres queridos
Alvaro (alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarLamentablemente en muchas ocasiones, no prestamos atención a lo más elemental del individuo, la necesidad de relacionarse con los demás. Esto refleja la importancia de una escucha activa y del principio de autonomía.
La última palabra la debe tener siempre el paciente y no el profesional sanitario, ni familiar.
“El médico, para tomar decisiones, no debe ignorar el sentir propio del paciente, el de sus familiares, y el de la sociedad a la que pertenece. Nuestra profesión tiene un componente humanista fundamental que, de no cumplirse, deja de ser medicina humana.”
M.C. LIGIA GARCÍA CÁCERES. Subdirector Académico. Facultad de Medicina. UAEM
Maria Ángeles (alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarUau...me ha impresionado la historia, aunque es cierto que a diario vemos situaciones muy parecidas por parte de los profesionales sanitarios.
Estoy totalmente de acuerdo con Noemí en su reflexión y creo que todos debemos trabajar el aspecto comunicativo tanto como las técnicas, es importante que nos esforcemos por escuchar al paciente y no interrumpirle una y otra vez porque el paciente es el centro de los cuidados y por eso no lo podemos anular.
Lidia Cristina(alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con lo comentado por mis compañeros y opino que esta historia es un gran ejemplo de los contenidos que dimos los primeros días de clase... es más, se ajusta perfectamente a la viñeta que se mostró el profesor
Cintia (alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarHola, estoy de acuerdo con Lidia y el resto de mis compañeros. Esta historia refleja perfectamente lo comentado en clase "todo para el paciente, pero sin el paciente".
¿Cómo vamos a saber lo que piensa un paciente, estado de ánimo actual, deseos y preferencias si no escuchamos? Y si no escuchamos, ¿cómo respetar su autonomía y fomentar la participación en la toma de decisiones relacionadas con la propia salud?
Prestando interés en conocer las opiniones de nuestros pacientes se evitarían problemas de este tipo que solo llevan al encarnizamiento terapéutico: realización de pruebas y más pruebas médicas con el único objetivo de mantener vivo al paciente, sean cuales sean las condiciones, aún cuando la enfermedad este en fase avanzada y solo consigamos aumentar el periodo de agonía, sin un mínimo de bienestar.
Saludos.
Eva (alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarMe gusta mucho la intervención de María, es algo en lo que también debemos pensar. Si el personal de enfermería pasa tanto tiempo con el paciente realizando sus cuidados y escucha las opiniones de éste, por qué no trasmitirla al médico? Creo que es parte de nuestras competencias apoyar y transmitir la toma de decisiones del paciente y su familia.
Gloria(alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarHola, como mis compañeros, he relacionado este relato con la cruda realidad, de como nos cegamos en el tratamiento, en la enfermedad, siendo desgraciadamente nuestra opinión la que más nos importa, y reconociendo que no se escucha la decisión de la persona, que es al fin y al cabo la que más importa.
Reconociendo, que: "todo por el paciente pero sin el paciente"
Pero en el relato, afortunadamente, tb hay unas personas, los enfermeros y enfermeras que lo cuidan, que están a su lado, que cubren sus necesidades, que se preocupan por su situación actual y futura (con respecto a si su sobrina podría ocuparse de él), que lo escuchan y que sí sabian lo que Luis quería, no nos equivoquemos, aunque exista aún, una medicina paternalista, anda paralela a una enfermeria humanista!!!!! Óle por eso!!
Besos a todos
Alejandro (alumno de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarSólo puedo decir, que ojalá tengamos la fuerza, conocimientos y voluntad suficientes para que si algún día nos encontramos con una situación similar, seamos capaces de hacer lo correcto, manteniendo al mismo tiempo intacta la integridad del médic@ de turno.
Sandra (alumna de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarSi os digo la verdad, tras leer la última frase de esta historia me han entrado unos escalofríos… En mi opinión esta historia que nos deja José Manuel refleja en términos extremos lo que en muchas ocasiones nos encontramos en los hospitales. Es posible que esta situación la contemplamos desde una perspectiva diferente cuando vamos al hospital como “profesionales” a cuando vamos como “familiares o acompañantes”.
En primera persona he presenciado situaciones en las que intentas comunicarte con el facultativo y ves que hace caso omiso a tus llamadas de atención. Lo que me parece más lamentable aún de todo esto, es que no se tenga en consideración especialmente a las personas mayores (con bajo nivel de conocimientos, con problemas para comprensión o de comunicación...). No solo lo recalco por mi experiencia personal ya que a nivel profesional también he tenido vivencias de este tipo.
No creo que sea la única que cuando ha estado en alguna rotación, con una persona mayor con la que tratas todos los días, a la que atiendes, la escuchas y acabas conociéndola…. Te pide que seas el intermediario con el médico y antes tu contestación: “¿Se lo ha dicho usted cuando ha pasado a verle el médico…? Te contesta que no le ha preguntado ni por su nombre…
Independientemente del eslabón que representemos en la cadena sanitaria la atención y escucha con el paciente son elementos primordiales. No debemos olvidar esto jamás y ponernos en situación que si fuéramos nosotros mismo o un ser allegado para nosotros …¿ cómo nos gustaría que se le tratase?.
Borja (alumno de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarQue decir que no sepamos ya todos y todas... Por suerte o por desgracia (en este último caso) una vez que si institucionaliza a una persona en un centro sanitario "la suerte está echada". Es una pena que esta persona haya pasado las últimas semanas de su vida en un centro hospitalario, atiborrandolo de sueros, medicamentos, pruebas y mas pruebas... Ha día de hoy, aún que cada vez en menor medida, se sigue manteniendo el paternalimos en los cuidados sanitarios, "todo por el paciente pero sin el paciente", si se le hubiera preguntado en un primer momento a Luis si querría quedarse en el hospital para hacerle más pruebas o si prefería volver a casa, seguramente hubiera decidido volver a casa... en fin no nos queda otra que como profesionales de enfermería, estar junto al paciente en todo momento, darle nuestro apoyo y profesionalidad y hacer que su estancia hospitalaria sea lo mas agradable posible dentro de sus limitaciones.
Pablo (alumno de 4º de grado de la EUE de la Excma. Diputación de Málaga)
ResponderEliminarEsta historia hace visible, como han reflejado mis compañer@s, que somos conscientes de lo que se esta omitiendo la voluntad de las personas. Y esto ocurre tanto en la vida hospitalaria (como estudiantes) y en la extrahospitalarias (como hijos,sobrinos, nietos,...).
Creo que a lo largo de la carrera nos han ido inculcando valores muy positivos para cambiar esto, aunque a veces el hecho de hacer cada vez más prácticas hace que estos valores como la empatía, escucha activa, couselling, etc.
Pero aún así como desearía Mark Steveson hay que ser optimistas, por eso creo que las nuevas generaciones de futuros sanitarios podemos indagar en conseguir que los valores ahora un poco olvidados tomen fuerza.
Chicos, hoy en el hospital me he acordado de esta historia y al leer lo que ha puesto Pablo sobre "omitir la voluntad de la persona" quería contaros un caso de esta mañana: un hombre de unos 70 años que ha llegado a clasificación por disnea, saturando al 77%, y fiebre. Dx de Ca de colon con mestástasis pulmonar... y el paciente no lo sabe por decisión familiar...
ResponderEliminarCuando llegamos a críticos, la enfermera estaba comentando el caso al médico y a esto que la hija del paciente le dice a la enfermera desde la puerta: "Señorita!" y hace el gesto de "que se va a enterar mi padre".
Durante todo el rato me he acordado de él. ¿Por qué tenemos tanto miedo a la muerte? ¿Por qué ocultamos a nuestros familiares la verdad? Desde mi punto de vista, estamos impidiendo que haga lo que le apetezca en los últimos momentos de su vida. ¿Y si este hombre sólo quería...?
Sé que hay opiniones de todo tipo respecto a este tema, pero quería comprartirlo con vosotros
Me ha impresionado mucho la historia, y estoy de acuerdo con mis compañeros este tipo de cosas lo vemos todos los días en el hospital, ha día de hoy sigue existiendo el paternalismo asistencial, nos cerramos en que siga viviendo y nos olvidamos de cosas muy importantes como la escucha activa, ya que no tenemos derecho a anular al paciente como persona y su voluntad
ResponderEliminarPero decir que por suerte también existen enfermeras/os que no realizan esto, sino que escuchan al paciente, se preocupan por ellos, lo cuidan y tienen en cuenta su opinión.
Con respecto a lo que ha contado Elena, estoy de acuerdo con ella, por qué quitarle el derecho a ese señor de hacer lo que quiera en sus últimos días, su hija ha tomado la decisión por el y ha optado por anular a su padre para que pueda elegir sobre su vida, ella lo habrá hecho con la intención de no hacerlo sufrir, pero creo que así sufrirá mas cuando su estado de salud se agrave.
Es una historia dramatica,pero si el medico no sabia que es lo que realmente queria y el personal de enfermeria si, por que no hablo el enfermero con el medico?? Yo es lo que hubiera hecho en un primer momento. Ya que somos nosotros,los enfermeros,los que pasamos la mayoria del tiempo con los pacientes hospitalizados no debemos dejar que ocurran esas cosas. Aunque si es cierto que,en la mayoria de los casos,la ultima palabra la tiene el medico y no el paciente,la familia y el resto de profesionales sanitarios.
ResponderEliminarEstas historias de hacen reflexionar mucho sobre el sentido de la profesión sanitaria, es inevitable caer en la rutina de los tecnicismo, de lo puramente patológico y exclusivamente fisiológico.
ResponderEliminarLa medicina actual pasa por momentos de flaqueza en cuanto la escucha activa y comunicativa, pero es inevitable, existe mucha carga asistencial, tienen que ver a muchos pacientes en muy poco tiempo, solucionar su patología de inicio, además de llevar un constante registro de estos... Es imposible realizar todas estas tareas y además sumarle el pararse a hablar con el paciente, escuchar sus intereses y preocupaciones... Los médicos son muy listos, pero no son maquinas...
Pienso que tal y como se esta llevando en muchas unidad (sin generalizar), el proceso de atención médica a los pacientes no es para nada práctico ni productivo... Una posible solución sería la contratación de más personal, que repartiera el cupo de pacientes por médicos teniendo este más tiempo que dedicarle...
La enfermería no queda mue lejos de este punto de flaqueza del sistema sanitario, poco a poco vemos que cada vez más se nos requieren registros de procedimientos, y procesos, hoja de incidencia, de constantes, poner medicación, hacer valoraciones, realizar tales procedimientos, y además llevarlo a cabo mediante la taxonomía NANDA, todo esto parandote a hablar con el paciente, intentar escuchar y dialogar con ellos...
Cada vez hay más carga laboral y menos tiempo asistencial, más mecanizar y menos humanizar. Y no es buen camino
Me ha gustado mucho el relato, porque aunque sea espeluznante decirlo, cuenta una historia muy similar a las que hayamos podido observar durante el desarrollo de las prácticas.
ResponderEliminarEnfermería es una profesión que ha ido evolucionando mucho a lo largo de los años, dejando de ser considerada un arte a ser una ciencia, sustentada por sus propias Teorías y Modelos, con su propio método de trabajo, sus planes de cuidados, valoraciones, lenguaje estandarizado, protocolos específicos, etc.
A pesar de que todo esto haya sido fundamental para el desarrollo de enfermería como profesión, nunca debemos olvidar que enfermería tiene que ir desarrollando el contenido de su función, sin perder la originalidad de su esencia. Es admirable ver como todavía hay enfermeros que entre tanta tecnología, “papeleo” y carga laboral, no se olvidan de la razón de ser de la enfermería, el cuidado. Y entre todos los cuidados que definen nuestra profesión, alimentación, higiene, movimiento… estén los cuidados de la esfera psicosocial: autorrealización, creencias y valores, comunicación, etc.
Estamos acostumbrados a que el médico nos pregunte si “nuestro” paciente ha comido, ha hecho “caca” o “pipi” , y como tiene la tensión. Pero nunca nos preguntan si ha venido alguien a visitarlo, como está de ánimo, que prefiere, etc. Volvemos a la medicina paternalista, “todo con el paciente pero sin el paciente”. Buscan lo mejor para él, en cuanto a tratamientos, pruebas diagnósticas, etc. pero no se paran a preguntarle al paciente que considera él al respecto.
Considero que los enfermeros del relato lo hicieron muy bien cuando detectaron cuales eran las preferencias del paciente, sin embargo, pienso que de nada sirve detectarlo si no tomas las medidas oportunas para que se puedan cumplir. Lo primero hubiera sido aconsejarle al paciente que se lo comentase a su médico, pero una vez que hubiésemos comprobado que el médico hacia caso omiso a los intentos del paciente, ¿por qué no decírselo nosotros al médico?.
Enfermería trabaja de forma interdependiente con otros profesionales de salud, entre ellos el médico, formando un equipo multidisciplinar. Es labor nuestra hacer de eslabón de enlace entre el paciente y el médico. ¿Y si hubiésemos conseguido que ese paciente hubiese continuado con cuidados paliativos en su domicilio, en vez de estar su último mes de vida hospitalizado?. Yo os pregunto, ¿Hubiésemos conseguido cambiar el final de la historia?
Todo esto nos lleva a la bioética, criterio ético fundamental que regula el respeto al ser humano,a sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral, que es la dignidad de la persona, entendida en su sentido mas amplio.
ResponderEliminarDe los principios de la bioética, es el de BENEFICENCIA, el que se puede resumir como, la obligación por parte del terapeuta de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo prejuicios. En Medicina o Ciencias de la Salud, este principio puede dar lugar a situaciones conflictivas, dado que promueve el mejor interés del paciente pero sin tener en cuenta la opinión de éste. Supone que el médico posee una formación y conocimientos de los que el paciente carece, por lo que aquél sabe (y por tanto, decide) lo más conveniente para éste. Es decir, "todo para el paciente pero sin contar con él". Por este motivo, es difícil defender la primacía de este principio, pues si se toman decisiones médicas basadas exclusivamente en este principio, se dejan de lado otros principios válidos como la autonomía o la justicia. En la practica, deberían tenerse en cuenta todos los principios, pero lamentablemente no ocurre así, y es cuando estos entran en conflicto.
Respecto a lo que ha comentado Elena, pienso que también es muy importante el tema de la familia. Yo he vivido experiencias personales y durante las prácticas que me han hecho pensar sobre la potestad que tenemos ante este tipo de situaciones. Porque aunque sabes que es lo que se debería hacer, no es tan fácil opinar o aconsejar sobre decisiones vitales que son ajenas.
Así que para obtener la mejor calidad de vida durante una enfermedad terminal, debe existir una comunicación honesta y abierta entre el médico y el paciente, y sus familiares, sobre las preferencias del paciente en cuanto a los cuidados que desea recibir al final de su vida. El médico debe asesorarle de forma imparcial sobre las posibilidades de recuperación y de invalidez durante los distintos tipos de tratamiento, y después de los mismos. El paciente debe tomar una decisión conforme a esta información y comunicársela al médico y a su propia familia. Además, el paciente debe indicar cuál es el tratamiento que desea elegir, cuáles son los límites que desea fijar a este tratamiento, el lugar donde quiere morir, realizar sus últimos deseos y qué espera que se haga cuando llegue la muerte.
Por todo esto, pienso que es muy importante el testamento vital o voluntades anticipadas, pero el rechazo a pensar en la muerte lastran su avance...
Me ha gustado mucho la historia, principalmente porque muestra la pura realidad, casos así se ven muy a menudo en el hospital.
ResponderEliminarEstoy segura de que muchos de nosotros hemos visto cómo los profesionales sanitarios se centran en tratar a una enfermedad , en descubrir cual es el problema de salud y en intentar combatirlo dejando atrás al motivo de nuestro trabajo que es la persona.
Es cierto que muchas veces los pacientes necesitan tanto como la medicación y las técnicas que se le puedan realizar sentirse escuchados y comprendidos, y con esto sentirse más seguros y satisfechos, a su vez los profesionales conoceran mejor al paciente y su voluntad que debe ser respetada en todo momento.
Hablamos siempre del paciente y de ofrecer una atención a nivel biopsicosocial pero esta claro que aún queda mucho por mejorar en su práctica y principalmente en las unidades de urgencias y cuidados criticos en los que el aspecto psicosocial pasa a un segundo plano.
Me ha encantado la historia!!Estas situaciones son las que te recuerdan los motivos por los que has elegido esta profesión. Los pacientes antes de ser pacientes son personas, y tenemos que tratarlos como tal.
ResponderEliminarPor ahí se ha hablado de la empatía, y sinceramente pienso que para ser un buen enfermero hay que tener muy en cuenta este concepto.
Cuando tenemos algún problema, a todos nos gusta que nos escuchen, nos apoyen y nos den consejos, pues imaginemos la de cosas que tiene que decirnos una persona enferma que se está muriendo...
Como dice mi compañera Irene, queda mucho por mejorar, y para ello, todos los profesionales sanitarios deberían concienciarse, poner de su parte y tratar como se merecen a los pacientes.
La historia me ha puesto los pelos de punta, me ha parecido increíble. Y lo más triste de todo es que estas cosas siguen pasando.
ResponderEliminarMuchas veces en el mundo sanitario del que estamos rodeados nos centramos tanto es nuestras "tareas" medicación, papeleo, ordenador, técnicas,... y nos ocupan tanto tiempo que nos impiden prestar atención a lo que realmente importa: la persona, el paciente.
Es triste que esto siga pasando, sin embargo creo, o quiero pensar, que cada vez se está humanizando más el entorno hospitalario y aprendemos a escuchar a los demás, que en el caso de esta historia, y de muchas que ocurren hoy en día en el hospital, es lo que más hace falta.
La verdad que es una historia bastante fuerte, pero si nos paramos a pensar casi que lo hacemos todos y a diario.
ResponderEliminarNo es por justificarlo un poco, pero pienso que los enfermeros, y en general todos los profesionales, están demasiados cargados de trabajo y eso hace que le dejes de prestar importancia a lo importante y nos centremos en lo más técnico porque como que es lo que se nos "exige", que le administremos tal medicación, o que le preparemos para tal prueba,... pero nadie nos va a pedir explicaciones sobre que opina el paciente sobre su enfermedad, por ejemplo. Así que si cada profesional llevara a su cargo menos pacientes podrían dedicarse al aspecto emocional del paciente que es muy importante también.
Muy buena la historia.
ResponderEliminarSeamos aquellos que somos en la vida diaria...Escuchas a tus amigos cuando algo te quieren decir? a tus familiares? ... Hazlo también con esas PERSONAS que por horas, días o meses son tus pacientes.
Con la escucha activa podremos obtener la mejor valoración del paciente.
ResponderEliminarComo podemos ver es una historia escalofriante y tierna a la vez, pero algunos de nosotros podemos ver como esto ocurre aun en la actualidad. Se centra en un modelo paternalista,” todo para el paciente pero sin el paciente.” Gracias hoy día eso está cambiando y cada vez se da más importancia a la opinión de enfermo. No sé porque pero eso suele ocurrir con los médicos, porque los pacientes ven la figura del médico como alguien importante, algo fría y que no pueden revocar lo que dice el médico. Sin embargo eso no ocurre con los enfermeros, son una figura más cálida, con mayor capacidad de empatía, de ponerse en el lugar del otro y muchos pacientes se abren más y capaces de decir lo que quieren y lo que opinan de su proceso de enfermedad.
Tenemos que saber ser más empáticos, ponernos en el lugar del otro y tener una comunicación bidireccional y asertiva. Considero la comunicación una herramienta fundamental en nuestra labor del cuidar y el trato con los pacientes.
Que triste es que todavía sigan pasando estas cosas. A pesar del mal sabor de boca que deja esta historia, me ha gustado bastante ya que una vez más nos hace reflexionar sobre la gran importancia de escuchar a las personas. Es cierto que tenemos muchas tareas que realizar a lo largo de la jornada y, debido a ello, muchas veces se nos olvidan cosas realmente importantes como escuchar al paciente o interesarnos por cosas que son importantes para los mismos. Así que tenemos que evitar esto en la medida de lo posible, ya que también es parte de nuestro trabajo, suponiendo una parte muy importante para el estado de ánimo de la persona y su favorable evolución. Esto me hace recordar el porqué me gusta mil veces más ser enfermera en lugar de ser médico. No quiero menospreciar en ningún momento la importante e imprescindible labor que tienen estos profesionales ya que salvan la vida de muchísimas personas, sin embargo, su trabajo diario es más lejano y frío. En cambio, la enfermería te permite estar cerca de los pacientes, darles los cuidados necesarios y, además, acompañarlos en todo el proceso por el que estén pasando. No sólo somos los profesionales que les attendemos sino que, en muchas ocasiones, se llega a establecer un vínculo de cercanía y confianza que resulta muy beneficioso para el paciente. Y no podemos olvidar, que esto es parte de nuestra profesión. Debemos saber estar con ellos, atenderles, apoyarles y aconsejarles. Y aunque muchas veces esto resulte díficil de cumplir, debemos hacer un esfuerzo ya que por cosas así hemos elegido esta profesión que esperamos que nos llene y nos realice como personas.
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