Llevo varios días como muchos temas en la cabeza para volver a publicar. Pero ha sido uno recurrente en la blogosfera enfermera en los últimos días el que más me ha llegado.
Todo empezó con este fantástico y valiente post de Lola Montalvo hablando de malos profesionales, que siguió con éste otro de Rosa Mª Nieto o este otro de Serafín. Luego Monica L. Ventoso se sacó de la manga un enorme post hablando de bajo el HT #Yonopaso.
En el camino se publicó alguno más como éste de Olga Navarro contando una historia en carne propia, e incluso el tema terminó saliendo en el resumen dominical de Manyez por la desafortunada aportación de una comentarista en este otro post de Historias de un Enfermero Mileurista.
Pero el que más hondo me llegó fue éste de Pinchazos Enfermeros en el se pone de manifiesto que, pese a todos los esfuerzos de muchos de los que por aquí nos movemos, la profesión está profundamente enferma.
Lo que en él se cuenta pone los vellos de punta (será por los años trabajados en una planta de medicina interna). No me sirve la excusa de la crisis y las plantillas mermadas, no me sirve de explicación que haya una insoportable presión asistencial, no me sirve que haya alguna organización sindical empujándonos a darnos un tiro en el pie invitándonos a dejar de registrar en los soportes informáticos con la peregrina idea de que así le hacemos daño a esos jefes que nos tratan tan mal.
Mucho buscar excusas en retorcidas campañas de acoso de "los otros", en la manida violencia horizontal, en la falta de estímulo de nuestros lobbies o en los incontables techos de cristal (algunos reales y otros inventados) que nos impiden crecer cuando es la propia profesión la que hace canibalismo de sí misma.
Por mucho que nos inventemos otro #theCofiaDay, por mucho que nos esforcemos en la campaña #EnfermeriaVisible o volvamos a lanzar un #Happytobeanurse... no iremos a ningún sitio si no reconocemos que el enemigo está dentro.
Es la propia enfermería de base, alentada de forma directa o indirecta desde muchos espacios o sillones, la que se está comiendo el futuro de la profesión.
Por eso mismo, #Yonopaso... Estos caníbales sobran en nuestros hospitales.
Hola, Carlos.
ResponderEliminarEn efecto, nos estamos convirtiendo en nuestros propios enemigos. Pero lo que más me entristece es que cada día nos falta más humanidad, más empatía, más cercanía al paciente... Somos las personas que estamos 24 horas a pie de cama, pero en cambio muchas veces somos las que menos hablamos con el paciente, menos le aconsejamos, menos le enseñamos... y menos pasamos por la habitación.
Quizás la desgana ha podido con nosotr@s, quizás solo esperamos órdenes médicas, quizás dejamos que ellos lo hagan todo por ignorancia o por vaguería...
No nos damos cuenta del enorme potencial de esta profesión, ni de cuánto cambiaríamos si todos permaneciésemos unidos... pero eso empieza por hacer bien nuestro trabajo.
Saludos.
En ello estamos... en no dejarnos caer en esa desidia.
EliminarGracias por pasarte.
De poco valen los lloros en las rrss, que es lo que hacemos. Secarnos las lagrimitas entre unos y otros. Los postureos sirven de poco. Dónde estan las acciones?
ResponderEliminarHola Mamen,
EliminarLas acciones empiezan por cada uno... te aseguro que no me duelen prendas en decir en vivo lo mismo que digo en RRSS.
Un abrazo.
Y yo que pienso que no...que gracias a que hay gente como vosotros, o como Lola, o como Serafín, la enfermería cada vez va resurgiendo con más fuerza. No te desanimes, que no hay que mirar todo el patio sino el siguiente baldosín. Y seguid haciéndolo como lo estáis haciendo, que se contagia...eso sí, poco a poco.
ResponderEliminarCuanto honor que La Jomeini se pase por esa humilde casa.
EliminarMuchas gracias Ana por tu apoyo... no desfallerecemos.
Estoy como vosotros,como Lola, como Sonia, como Serafín, como pinchazos, como mileurista, como Olga, como Fernando, como Mónica, intentando reflexionar, intentando buscar el porqué, sabiendo que hay muchaasss compañeras extraordinarias salvando estos malos haceres y cansadas de que esto pase a su lado.
ResponderEliminarTambien creo que las respuestas están en nosotr@s, que NO debemos consentirlo y que debemos exigir que cada parte ponga su solución. #YoNOpaso
"El enemigo está dentro" o "somos nuestras mejores enemigas"...que pena, pero yo también lo he sufrido.
Como escribo en mi blog, yo con las piedras (los problemas) hago esculturas, como Miguel Angel (Michelangelo Buonarroti)
Seguimos CONSTRUYENDO y por supuesto reflexionando para MEJORAR.
un beso rosa @enfermera2pto0
Ay! Rosita de mi alma... Que fácil es caer en la desgana.
EliminarSeguimos y seguimos con fuerzas, pero hay cosas que minan hasta la moral más dura.
Un abrazo.
El ser enfermero implica aceptar y poner en practica nuestro codigo deontologico.ultimamente,parece ser, que al alcance de los mejores!!
ResponderEliminarLa facilidad con la que se hace juicios de valor dificulta el pensamiento critico!
Saludos
No se exactamente que quieres decir... Los juicios de valor sin inherentes al ser humano.
EliminarSe puede estar de acuerdo o no con el sentido del post pero es indudable que las actitudes que algunos post cuentan son malas para los pacientes (y para la profesión)
Colegas, este problema de la falta de vocación se encuentra presente en todos los paises pero como dice rosa m nieto tambien existen profesionales dedicados que dejan en alto esta bella profesión, sólo continuemos brindando esa calidad de atención porque por encima de todo somos Especialistas en el cuidado humano y ese es mi lema.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarYo creo que falta de vocación es una cuestión de falta de profesionalidad y no hay cosa que le haga más daño a un estamento que que se pierda su sentido.
Un abrazo.
Tal vez se trate de no poner más el dedo en la llaga haciéndola cada vez más y más grande, quizás lo que necesitamos son apósitos epistemológicos, apósitos educativos, apósitos éticos, "picar y picar piedra" aunque haya piedras de las que sea dificilísimo sacar esculturas.
ResponderEliminarYo también exploto, en ocasiones, ante la ineptitud, la desfachatez, la desverguenza... y encima soy criticado por ello.
Insisto, "machaquemos" entre todos esas duras "piedras" a fuerza de formación, conocimientos, buena praxis: seguro que con el tiempo, si no logramos "esculturas" por lo menos las habremos convertido en polvo...
Totalmente de acuerdo... pero poner el dedo en la llaga es imprescindible. Hay cosas que no se pueden obviar y no se puede mirar para otro lado.
EliminarUn abrazo y gracias.
Gracias Sara por la mención Y gracias a Jaume, genial el giro...y geniales tus reflexiones en "Impulso Enfermero" pones las claves tambien en la responsabilidad personal.
ResponderEliminarUn saludo rosa
Nos engullimos a nostros mismos cuando no hacemos nada por que estos «personajes» dejen de fastidiar. Me ofende cada comentario que me indica que por qué no dejamos las cosas como están y que esto ha pasado siempre... Cada día me alegro más de haber abierto este melón que estaba más podrido de lo que parecía. Me niego a que nuestra labor se vea jodida por personas que les importa todo un carajo... A mí mi trabajo y las personas con las que trabajo y los enfermos y usuarios con los que trabajo si me importan y mucho.
ResponderEliminarPerdón por la vehemencia, pero ayer precisamente me dijeron algo así y creo que ya está bien...
Gracias por la mención. Magnífica entrada. Estoy segura que si no dejamos esto pasar conseguiremos que haya un protocolo o alguna base de trabajo digno y honesto para que se pueda actuar con justicia y eficacia y frenar a estas personas malas y pasotas.
Besos miles