Ayer conocimos, tras el comunicado hecho público por el CECOVA, que el nuevo Conseller de Salut de la Comunidad Valenciana ha decidido prescindir del colectivo enfermero al conformar el nuevo equipo directivo de la Consellería.
Lógicamente, y gracias a las propiedades de difusión de la información del Social Media, el debate se trasladó rápidamente a Twitter® y fuimos muchos los que estuvimos a ratos debatiendo sobre dicha decisión a lo largo del día. Al final acordamos hacer un post con la opinión que cada uno de los enfermeros de la blogosfera tiene bajo el hashtag #cargosdeenfermer@s, y ahí va la nuestra.
Desde nuestro punto de vista hay dos variables importantes.
La primera es que desconocemos los verdaderos motivos de dicha decisión. Solo hemos tenido la información de CECOVA y la carta de su presidente. Una razón, de entrada plausible, podría ser que la enfermera en cuestión fuera una incompetente pero deja de ser justificable cuando caemos en la cuenta de que por esa misma regla de tres debían de haber sido destituidos otros incompetentes (que seguro que los hay) y la destituida debería haber sido sustituida por otra enfermera mucho más competente (que segurísimo que también la hay).
La otra opción, que para nosotros es la que más peso tiene, es que la Generalitat, una vez consolidada la mayoría absoluta, ha decidido ya que modelo sanitario quiere para los próximos años y en ese modelo no entran las enfermeras. Camuflado bajo el siempre socorrido discurso de la crisis económica y la crisis de los sistemas sanitarios públicos, el gobierno valenciano (como también se ha hecho en Cataluña) ha realizado recortes entre los miembros del equipo directivo con el fin de imponer un modelo sanitario biomédico basado en el copago (que tratarán de meterlo aunque sea camuflado) y en fórmula de la colaboración público-privada al estilo del modelo Alzira, muy laureado (por otros no tanto) desde otras autonomías gobernadas por el Partido Popular y que desde un tiempo a esta parte tienen también muy claro el modelo sanitario que quieren: el hospitalocentrismo. Y claramente en este modelo no entran ni con calzador la humanización, la corresponsabilidad o los autocuidados que son el “alma mater” de los modelos y teorías enfermeras.
Y la segunda cuestión es, y pese a ser un tema recurrente no es menos importante, ¿qué órganos de representación tiene la enfermería? Mientras el colectivo médico tiene y mantiene lobbies en casi todas administraciones, enfermería solo tiene un órgano colegial en manifiesto retroceso por interminables conflictos (atentos al comentario anónimo al post enlazado) que están muy alejados de la realidad profesional de la enfermería y que apenas si es capaz de presionar en los órganos de decisión. Y por eso no ha sido capaz de adelantarse a este recorte ni tiene resortes suficientes para ejercer la presión necesaria para que la decisión pueda ni siquiera ser revisada. Poco más que la ya comentada nota de prensa puede hacer el CECOVA.
Y este punto es vital, porque mientras no seamos conscientes de esta debilidad, otras muchas serán las comunidades que decidirán recortar por la parte más débil del organigrama, aquella que no es capaz de ejercer presión suficiente como colectivo.