Los que llevamos unos años en esto aún no nos hemos cansado aún de decir que esto del 2.0 es mucho más de un par de redes sociales y un buen smartphone, que esto va de conversar, de interactuar, de dialogar, de escuchar, de estar donde están las conversaciones.
También nos hemos inflado de decir que no es una moda o una tendencia, que no es pasajero, no lo usan solo los jovenes y que no es una tontería.
Sin embargo, la mayoría de las organizaciones sanitarias aún no lo han entendido (o no lo quieren entender) y pese a que alguna ha ido abriendo poco a poco y muy tímidamente perfiles en redes sociales (no demasiadas) su uso sigue siendo unidireccional y fundamentalmente publicitario.
Siguen pensando que la interacción con la población que atienden se hace "suficientemente bien" con notas de prensa precocinadas (que al final terminan siendo requetecomentadas en alguna red social) y a través del buzón de sugerencias/hojas de reclamaciones para los usuarios.
No han entendido que la cifra de ventas de la prensa escrita es cada vez más baja por lo que el impacto de lo que en ella se publique es limitado ni que los pacientes saben de sobra que las hojas de reclamaciones se contestan con el tradicional copy&paste de la anterior.
Siguen pensando que no es necesario tener presencia cercana y fluida allí donde se están produciendo las conversaciones. Con un responsable de prensa al uso (con suerte con dedicación a tiempo completo) que haga de interlocutor con la prensa convencional es suficiente... y ya usamos el perfil de Twitter para darle bombo a la nota de prensa. Poco más.
Pero esto va más rápido. Y cada vez es más frecuente ver fotografías de salas de urgencias, de salas de espera, de pacientes, de profesionales o de mobiliario deteriorado que, cuando llegan a la mesa del gerente porque han terminado en la prensa convencional, ya solo sirven para generar un "gabinete de crisis" improvisado cuya principal misión es apagar el fuego por donde la reputación del centro se está haciendo trizas (ah!! y para tratar de averiguar si alguien del centro ha participado en su difusión).
Sin embargo, cuando vienen a ser conscientes de que alguien está publicando sus verguenzas... la foto o el video ya han conseguido el impacto que buscaban e incluso se han hecho virales como en el caso de este video grabado por un padre (tan solo con un smartphone) en el hospital de Valme de Sevilla días antes de que Susana Díaz pariese allí y que tiene más de 145000 reproducciones y se ha compartido más de 4800 veces.
Todavia no han entendido que el 2.0 (con sus cosas buenas y sus cosas malas también) está aquí para quedarse y que, o se ponen las pilas, o les pasará por encima.
En definitiva, malos tiempos para la lírica.
En definitiva, malos tiempos para la lírica.
Esta entrada veraniega está dedicada a Taite, Emma y otras responsables de comunicación que también se hartaron de decirlo y que hoy, por desgracia, ya no están en el sector salud.