Ayer fue, extraoficialmente, mi último día en #lajungla. Espero que, pese a
que me voy, me guardéis mi sitio. Los que me conocen bien saben que la
supervisión no es un fin sino el medio para seguir tratando de mejorar nuestraorganización desde dentro y seguir con el #enfermerActivismo.
Tristemente, en #lajungla ya no quedaba mucho margen de maniobra. Desde
hace meses Carlos y yo coincidíamos en que había llegado el momento de
emancipar a las viejas glorias jungleras y a los últimos fichajes; entre todos
deberán tomar el testigo… aunque lo grande de #lajungla es su espíritu redárquico.
Han pasado 10 años desde aquel 1 de junio en el que llegué hecho un pipiolo
“enterao” y redicho, con más ganas de aprender que bagaje, y me voy igual de
“enterao” (que le gusta llamarme así a Inma) pero más hecho (y más “repuestito”
según Maite). En estos 10 años he madurado, he crecido personal y
profesionalmente mucho más de lo que me imaginé cuando llegué, en definitiva
soy mejor persona y, sobre todo, mejor enfermera.
Gran parte de lo que hoy soy (si es que soy algo) se lo debo a mi madre (los
que la conocieron saben cuánto nos parecemos y cómo era de “enterá”), a mi
mujer y mi familia (que siempre han sabido aunar apoyo y crítica a partes
iguales) pero también a #lajungla y a su gente. Esa gente maravillosa que ha
sabido soportar estoicamente mis puyas (siempre ácidas, siempre socarronas, a
veces no entendidas pero “casi siempre” bienintencionadas), mi vehemencia (que
a veces pareció arrogancia), mis regañinas y mis sermones (perdóname Leo por
ser tan “jartible”), mis locuras y mis disparatadas iniciativas, mis propuestas
y mis cambios casi sin proponer ni consultar (Ah!! ayer pedí que nos pusieran
un teléfono en la farmacia).
Muchísimas gracias a todos los que en estos años me han enseñado más de lo
que creen. De todos he aprendido algo. De todos!! Y es justo decir que del que
más he aprendido es del que hasta ayer ha sido y seguirá siendo mi 50%. Carlos me ha enseñado a
no encenderme con tanta facilidad, a respirar hondo, a que es mil veces más
práctico y efectivo responder con un silencio y un leve ladeo de cabeza (solo él
sabe hacerlo con maestría). Ah!! También me metió en esto del 2.0 (ayer hicieron 4 años desde que abrí mi cuenta en Twitter®).
Esté donde esté, nunca me importará volver a la que, en estos años, se ha
convertido en algo más que mi lugar de trabajo, a la que ha sido como mi casa.
Muchas gracias a todos. Aunque no me voy
muy lejos… os echaré de menos.