domingo, 28 de enero de 2018

Vasos Comunicantes




Nuestra realidad cotidiana está llena de hechos que se repiten periódicamente. Se repiten tan continuamente que suponen una especie de rito del paso temporal. Las rebajas de enero declaran el final de las festividades navideñas; las noticias sobre la depresión postvacacional o los nuevos propósitos nos recuerdan el fin de las vacaciones; la Feria de Abril sevillana el inicio de la primavera o los San Fermines el inicio del verano.

En los últimos años se ha incluido un evento repetido año tras año como una constante estacional. Todos los años, finalizando enero empiezan a aparecer noticias de hospitales colapsados, servicios de urgencias con pacientes hacinados en pasillos. Todos los años en la misma época aparecen noticias que generan en nuestro subconsciente la idea de que el sistema es incapaz de asumir y acometer con garantías el repunte de frecuentación asociado al aumento de procesos gripales y catarrales. 

En definitiva, la sensación repetida año tras año de que el sistema hace aguas.

Aunque son muchos los que han escrito y hablado de ello, nosotros también, se ha convertido en una especie de constante y, lo que es peor, se ha generado una especie de sensación de irremediabilidad entre los que deberían tratar de preveer que pasará (después de este tiempo nadie podrá decir que no se puede prever) y de tomar las medidas oportunas para dar respuesta a la situación.

Este año dos son de imprescindible lectura: tanto este post de Miguel Angel Manyez que como siempre acierta en el diagnóstico como este otro en su mismo blog pero escrito por Concha Zaforteza que debería ir de cabeza a una revista científica. También este año tenemos esta infografía de Sara Barranchina que debería repartirse por muchos despachos.


Las dos entradas y la infografía nos desgranan una serie de propuestas, todas ellas interesantes y algunas nada costosas, que servirían para evitar estas situaciones aunque se sitúan principalmente en la saturación de las urgencias.. 

Nosotros aqui pretendemos añadir una lista más pero de cosas que no se deben hacer y que cada año se hacen o se hacen tarde y mal.
  • No se puede decir que hay un Plan de Alta frecuentación y no ejecutarlo a tiempo. 
  • No se puede decir que hay que mejorar la capacidad de resolución atención primaria y que cada año a primaria le pase lo mismo. Aumentar la capacidad de resolución pasa irremediablemente por que puedan pedir pruebas diagnósticas sencillas con un plazo de respuesta razonable y aumentar la oferta de consultas (abriendo en horario de tarde??)
  • No se puede mantener la actividad hospitalaria normal incluyendo ingresos para estudios (de pacientes que en realidad no necesitan un ingreso hospitalario pero que se ingresan para que las pruebas diagnósticas se hagan más rápidamente) o la planificación quirúrgica convencional
  • Pero sobre todo, lo que no se puede es empezar a tomar medidas cuando el problema ya es enorme, los hospitales están colapsados y se da la sensación de ir improvisando sobre la marcha porque previamente las cosas no se han hecho bien aunque no sea realmente así. 
La conclusión es que, se mire como se mire, es un problema de aumento de la demanda que se repite inexorablemente año tras año y para el que el sistema hace aguas pese al encomiable esfuerzo y trabajo de los profesionales a los que nadie podrá decirles nada.

Es evidente, aunque habrá quien no quiera verlo, que cada cuello de botella, y en nuestro sistema hay unos cuantos, atasca la circulación fluida entre cada uno de los niveles asistenciales y que cada nivel asistencial tiene la capacidad que tiene. O aumentamos la capacidad (algo que a todas luces es imposible en algunos niveles) o reducimos la ocupación y aumentamos las salidas. No hay mucho más margen.

Y por eso creemos que habría que entenderlo más desde la visión de la dinámica de fluidos que desde la ortodoxia y la rigidez con la que se gestionan los servicios sanitarios.

Porque en el fondo, nuestros sistema sanitario funciona en muchos casos bajo el principio de los vasos comunicantes.




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