lunes, 11 de diciembre de 2017

La H que todo lo puede

Que conste en acta que tenemos el convencimiento de que la reciente moda de querer humanizarlo todo en el entorno sanitario no es más que una burbuja además de ser una redundancia y poner de manifiesto que algo no estamos haciendo bien. 

Mal vamos si tenemos que rehumanizar algo tan humano como la asistencia sanitaria, si tenemos que humanizar el parto, las urgencias o cualquier otra cosa.

Obviamente no criticamos las iniciativas, la mayoría de ellas lideradas por gente que lo que quiere es mejorar la calidad de la asistencia sanitaria que prestan. Gente preocupada por su quehacer diario y que han decidido dar un paso adelante con los recursos que tienen: ilusión, compromiso y redes sociales.

Como recientemente nos explican en este post de NuestraEnfermería, tanto la ya veterana iniciativa HU-CI, una iniciativa más que interesante y que ha puesto el foco en lo que no se estaba haciendo bien proponiendo cambios sustanciales en las UCIs de España (y fuera de ella) y que ha sabido utilizar toda la potencia de las redes sociales para conseguir darle visibilidad al problema que dio origen a la iniciativa, la iniciativa HURGE, que pretende humanizar la atención que se da en las urgencias y las emergencias o la más reciente, proyecto HUGES propuesta hace unos días por el incansable Albert Cortés, quieren y hacen lo mismo, proponer desde abajo mejoras para que los de arriba se den cuenta de que algo no va bien.

El problema es que los de arriba, los responsables de que nuestra asistencia sanitaria esté en la situación que está, no se han parado a pensar en qué es lo que ha pasado para que surjan estas iniciativas.

Tan solo se limitan a hacerse la foto, a decir en público y sin sonrojo que hay que humanizar la asistencia sanitaria (recientemente lo hizo la consejera andaluza en las jornadas de SADECA), a proponer planes de humanizaciones de la asistencia sanitaria como en el SESCAM o la Comunidad de Madrid (hay hasta una viceconsejería para eso) o incluso a montar una fundación para proponernos que hay que aumentar la formación en humanismo en las facultades y cuyos patronos son las organizaciones colegiales (médicas,enfermeras y farmacéuticas) tan corresponsables como el resto de habernos traído hasta aquí.

Mal vamos si creen que sin reducir las listas de espera (lo que requiere un profundo análisis y una importante inyección económica), sin mejorar las ratios de enfermería (este artículo de Jose Miguel Morales deberían leerlo todos los decisorios políticos) o sin reconfigurar el sistema para poner a la atención primaria donde debería estar (este post de Juan Simó nos explica bien dónde está ahora), los pacientes se va a sentir mejor tratados solo con la empatía, la sonrisa y una gran H en el pecho de la enfermera de urgencias.

Mal vamos si los que deciden creen que solo con poner una H delante se va a conseguir mejorar el sistema sanitario sin necesidad de hacer un análisis profundo, serio y crítico y sin hacer un esfuerzo económico, político y transformador.

Mas vamos si los que deciden creen que solo con postrero, con una H que parece que todo lo puede, vamos a mejorar el sistema sanitario.



Share/Bookmark

7 comentarios:

  1. Pienso lo mismo desde hace tiempo y lo has expresado maravillosamente bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias! Ultimamente escribo poco en el blog pero hay cosas que me reverberan... y esta es una de ellas.

      Eliminar
  2. Los prebostes de la Sanidad (personas que son cabeza de una comunidad, y la presiden o gobiernan; personas que en un determinado ámbito político, económico, profesional, etc., tienen una posición de gran poder e importancia), en el colmo de la hipocresía, quieren apropiarse de iniciativas que con sus políticas ellos mismos provocaron, para así hacernos cómplices, cuando no únicos culpables, del desastre que sólo ellos han causado.
    Quieren darle la vuelta al calcetín, quieren salir inmunes. No debemos permitirles, ni lo uno ni lo otro; a saber, ni que destrocen lo que a pesar de ellos funciona, ni que se salgan de rositas con nuestras cabezas como trofeo.

    ResponderEliminar
  3. “Los clientes no son lo primero, lo primero son los empleados, SI CUIDAS A TUS EMPLEADOS, ELLOS CUIDARÁN DE TUS CLIENTES”. ( Richard Branson) Los profesionales sanitarios tendrán tanto más H cuanto más H tenga su empresa hacia ellos. No lo olvidemos. Quiero creer que esas cualidades las tienen de serie la mayoría de los profesionales sanitarios ( con sus excepciones ) y también nos merecemos que nos traten con H, desde nuestra empresa sanitaria.
    Es un fragmento de la conversación que hace unos días mantenía con Joan Carles March, o con Rosa Nieto.La H también es de Hechos.
    #SiMeDasYoTambienTeDoy.
    Un abrazo desde Granada. Te echamos de menos en PiCuida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuanto tiempo!!! Una pena no haber podido acercarme a Granada...
      Lo de la H de los hechos llevamos nosotros diciéndolo mucho tiempo y se que vosotras, que llevais lo mismo que nosotros, lo habéis dicho también muchas veces.
      Parece que aun hay quien no entiende que "para tener huevos", que también lleva H, hay que cuidar de las gallinas...

      Un abrazo enorme

      Eliminar
  4. Más allá de repartir culpas (casi siempre hacia arriba, claro), sobre el (lamentable) estado de NUESTRA sanidad, bienvenida sea la ola, burbuja, moda y/o redundancia ‘humanizadora’ si es útil o sirve para mejorar la calidad de la asistencia y recuperar prácticas, modos y actitudes que no debieran haberse perdido nunca. Los anglosajones llevan toda la vida hablando de humanización (incluyendo calidad, seguridad, participación, etc.) y no se rasgan tanto las vestiduras, ni se sienten interpelados, incómodos o molestos porque se recuerden las que debieran ser las principales “virtudes” (yo diría mejor “responsabilidades”) de todas las profesiones sanitarias: respeto, compasión, benevolencia, equidad, prudencia... a veces simple cortesía y educación. Ética profesional si se quiere, trato digno y amable, que, con independencia de la escasez de recursos, la mala gestión y la falta de planificación de muchos responsables no debieran permitir que se deteriorasen las relaciones asistenciales. Las organizaciones son las personas que las constituyen, y más allá del discurso buenista, las actitudes y las formas -a todos los niveles- son clave para legitimar y prestigiar el sistema y a sus integrantes.
    Gracias por el post, Andoni.
    Con demasiada frecuencia la inmediatez aplasta la visión estratégica y lo urgente no nos deja hacer lo necesario, que diría Mafalda... y a pesar de todo soy consciente de que “Primum vivere deinde philosophari“. Presupuestos, plantillas, inversiones, recursos y reorganización, pero con una práctica digna, es decir, más humana.
    [Y en fin, claro está que el NHS, con todas sus actuales carencias y problemas económicos, no es el SNS... para nuestra desgracia parece que nunca los profesionales ni la ciudadanía acabamos de creer del todo en un sistema público en el que trabajaban y del que eran dueños].

    ResponderEliminar