viernes, 28 de abril de 2017

y qué si la abuela fuma


Que estamos viviendo un momento socialmente convulso es una obviedad. Que las sociedades occidentales están replicando cosas que se vivieron a principios del siglo pasado también lo es.

Esta convulsión social nos empuja a posicionarnos ante casi cualquier acontecimiento o movimiento social, de un bando o de otro. Vivimos en un cainismo social tan tenso y cansino que apenas hay espacio entre el blanco y el negro.

Y casi sin quererlo, la enfermería española, con una carencia histórica tan grande de renovación de sus referentes y de sus referencias, no iba a quedar ajena a este fenómeno.

El gran cambio del principio de este siglo con respecto al anterior es la presencia de las redes sociales. Ahora todo este fenómeno es visible, al menos para esa parte de la sociedad que está inmersa en las redes. Y esa visibilidad, lejos de servir para mejorar la imagen pública de una depauperada profesión puede que esté sirviendo justo para lo contrario, para mostrarnos en paños menores y sacar a relucir nuestros complejos y contradicciones, en lugar de nuestras fortalezas y oportunidades de desarrollo.

Mientras una pequeña parte de la profesión se organiza y moviliza (fundamentalmente en entornos 2.0) en forma de insurgencia contra un poder que lleva años establecido y perfectamente pertrechado, otra parte, también pequeña (a tenor del número de asistentes a las elecciones de los órganos de los colegios profesionales) sigue apoyando las corruptelas y turbiedades de esa parte que lleva años controlando con “manu militari” los entresijos y que va a poner su broche final en un evento mundial que, a tenor de los últimos movimientos, parece que no va a colmar las megalomaniacas aspiraciones de sus promotores, y que pagará un grueso de la profesión que ni se entera.

Al mismo tiempo, se suceden las iniciativas puntuales, y llevamos ya unas cuantas a nuestras espaldas, la mayoría bienintencionadas y moralmente intachables, pero al mismo tiempo superficiales y que apenas penetran en el grueso de la profesión y que mueren tal como nacen, en el agotamiento de la buena intención de unos pocos. Iniciativas que reclaman visibilidad luchando contra nuestros propios símbolos sin pararse en crear nuevos o, directamente, creando nuevos sin pararse a pensar que antes tenemos que generar suficientes cimientos.

Y por último gente que aprovecha el tirón para vender su libro, su evento, su jornada, su último trabajo de investigación o su doctorado cum laude. Todo totalmente lícito e incluso envidiable.

En definitiva, una especie de todos contra todos en el que nadie gana y quién pierde es la profesión en su conjunto.

Porque lo malo de este escenario es lo difícil que es saber a ciencia cierta qué es lo mejor para el colectivo, fundamentalmente porque a una parte enorme del grueso de la profesión le importa un pimiento todo lo de antes. Quizás esto esa lo único indiscutible del actual escenario.

Al final cómo escuchamos decir a un sabio de esto (@gutiseque) “la enfermería se construye, piedra a piedra” cuidado a cuidado, dejando que cada uno aporte su parte y no limitando/criticando lo que hacen otros mientras nosotros no somo capaces de poner nuestro grano de arena.

Somos más de mirar la paja en ojo ajeno que la viga en el propio, y nos preocupa más que nuestro entorno crezca a nuestro propio crecimiento. Mientras nos preocupe más si nos identifican “con cofia o sin cofia” que qué aportamos a la sociedad del futuro, mientras sigamos echandole la culpa al de enfrente en vez de hacer análisis sobre nuestra propia talla profesional, nos seguiremos quedando en la superficie y no en el fondo.

Mientras no nos plantemos y seamos capaces de comprendernos en vez de reinventarnos, seguiremos pensando que lo importante es “que si la abuela fuma…”.


Post publicado en el número de mayo de la revista “Nuestra Enfermería FanZine”

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20 comentarios:

  1. Es cierto: las enfermeras no paráis de crecer -la suma de miles de esfuerzos individuales- pero la profesión lleva 30 años en el dique seco -el "logro" de solo unos centenares de malnacidos-. Habría que dar los merecidos reconocimientos a los respectivos responsables.
    Un abrazo (a la parte sana, como vosotros; a la otra no, que emponzoña el alma con solo arrimarse, no hay más que ver a ciertos conversos que firman circulares... o libros)

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  2. A eso nos referimos Juan, crecemos a lo ancho pero no a lo alto y al final, nos terminamos peleando entre nosotros.
    Los conversos son tan respetables como los que portan el estandarte de la renovación... no caigamos en la trampa. El enemigo es el mismo y el futuro de todos.
    Un abrazo y mil gracias por comentar.

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  3. Una entrada muy apropiada para los tiempos que corren, la suscribo en casi su totalidad. Cada una puede hacer lo qué quiera como enfermera, y en nombre de la profesión, pero entendiendo y respetando que igual pueden hacerlo el resto. Una cosa es marca personal como profesional, y otra pretender que "o todos moros o todos cristianos". Somos muchos y muy distintos. Nadie es el "más mejor" enfermero o enfermera. El sistema sanitario es complejo, tiene problemas graves y nosotras seguimos en punto muerto. No tengo la solución, pero o logramos unos objetivos comunes, o se nos comen.

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    1. Gracias Susana. Siempre hemos defendido que en la diversidad está el futuro ;)

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  4. Andoni, gracias por esta entrada. Remarcar la necesidad de buscarle el espacio al gris. Lo que pasa es que, desde mi punto de vista, no todos los grises son intachables. No todo vale. Y con respecto a los "objetivos comunes" de que hablaba Susana Caballero, ¿sabéis quiénes deberían marcarlos?... exacto: quién nos representa, el CGE. Y ¿cómo debería hacerlo?: a través del diseño de un plan estratégico. Y ¿cómo debe ser ese plan?: anclado en los retos de futuro de la profesión, factible, sofisticado, consensuado con actores en salud potentes y reconocidos.
    Ah... ya... que parece que nuestros representantes están a otra cosa. Y ya tal...

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    1. Y por consensuado con "actores en salud potentes..." no me refiero a los médicos: me refiero a recoger las aportaciones de los mejores, de cualquier disciplina q trabaje aspectos del campo salud

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    2. Pues claro que todos los grises son intachables pero tampoco todos reprobables ;-)) Los limites morales no se pueden poner tan alejados porque nos perdemos todo lo de en medio.
      Una pena no haber podido acercarme a verte a Cádiz... de estas cosas se habla mejor con una cerveza en la mano. Tenemos una conversación pendiente.
      Un abrazo.

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    3. De acuerdo con todo: moderación, equilibrio y... cerveza 😉

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  5. La enfermeria como disciplina científica tiene su parte administrativa,docente investigadora,asistencial, ética deontológica....y unos "actores" que la hacen posible en una u otra medida. Le podemos atribuir la visión romántica o pragmatica que queramos pero la realidad del contrato de la representación, negociación y pactos de la profesion esta en manos de sujetos que ejercen su poder y voluntad de un modo....ummmm, oscuro. Somos lo que hacemos y el unico juicio valido es el del paciente, no creo que la enfermeria este tan desunido en la práctica. Los cimientos están mantenidos con más arena que cemento y de ahí que algunos queramos echar más cemento,que bien lo estamos pagando económica, profesional y personalmente. La enfermeria en su conjunto sabe lo que tiene que hacer a las 8,15 y a las 22 horas....lo principal a mi entender, es saber como se gestionan los sacos de cemento que pagamos profesional, económica y personalmente..por que los cimientos están podridos. Gracias por tu entrada en el blog, saludos.

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    1. Gracias a ti por comentar!
      Precisamente porque consideramos que esa gran masa no entra en estas disquisiciones morales es por lo que decimos que hay grises entre el blanco y el negro (que es muy negro y debería dejar de serlo).

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  6. Estupenda reflexión, Andoni.
    Esta claro que construimos todos o no construimos nada.
    El caso es que como dice Ismael Serrano, "ya quisiera yo ser librepensador, no oir el crujir de tripas..." Pero no soy libre, casi ninguna enfermera en España lo es.
    El caso es que hay compañeros que reciben expedientes, querellas, demandas desde la omnipotente representación institucional, por pedir transparencia, expresar su indignación, o simplemente por organizarse para hacer algo.
    Compañeros que se ven afectados en lo profesional, en lo personal o en su patrimonio. Es una leyenda urbana que hay enfermeros que perdieron su patrimonio y profesión o su salud por enfrentarse a el poder establecido?
    Hay miedo, mucho, no nos engañemos.
    Mientras esto pasa, el colectivo llora por su mal fario, por sus techos de cristal, por su eterna discriminación, a qué Dios? Más le valía no regalar su patrimonio y sus 70 millones de euros anuales a mercachifles del vacío o fines indescriptibles como el CIE...
    Tensión? Sí claro, nos la estamos jugando, distingamos lo que está bien, de lo bueno, lo necesario y lo urgente.
    Esto es vital.

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    1. Te digo lo mismo que a Concha: llevas razón y esto merece una conversación en persona con unas cuantas cervezas (ya va siendo hora!).
      El problema que veo de tu argumento es que, casi sin querer, polarizamos las posiciones y eso es lo que no me parece acertado. Que hay malos y buenos, por supuesto... que todos tengan que posicionarse en publico en uno u otro bando? no lo veo tan claro...
      Independientemente de eso, que es una apreciación global. Lo de las querellas, demandas y demás es una inmoralidad!
      Un abrazo

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  7. Primero y más importante ya urge vernos, es cierto.
    Lo de polarizar a veces casi sin querer no puedes evitarlo. No echaré nada en cara a ningún compañero que no me acompañe, faltaría más, pero las emociones y los afectos también funcionan, como las decepciones.
    El problema es que sigo demasiado a Luther King...y su pensamiento.
    No se, en Asturias nuestro proyecto se llama #6000enfermeras porque sabemos que cada enfermera cuenta y la necesitamos, pero... No podemos ir con la pistola detrás de nadie.

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  8. Es que es oír cerveza...y orejas picudas, como los gatos.
    Esto lo paga Andoni, entiendo. :-)
    Sobre la reflexión del blog, me parece acertada, como no.
    Las palabras de Esteba, como no puede ser otra manera, por eso estamos en la misma cruzada codo con codo, las suscribo punto por punto. Ya son años en este "sarao" y si seguimos aquí es porque tenemos un discurso similar.
    El tema de la "polarización" de las posturas y el posicionamiento público.
    Siendo cierto que no es cuestión de poner una pistola en el pecho a nadie, yo creo que hay enfermeras con perfiles más "marcados y visibles" que otros y quieran o no, están abocadas a posicionarse.
    Tarde o temprano, por un lado o por "otro", alguien les pedirá opinión, ayuda, consejo, apoyo o les ofrecerá entrar en la Arcadia (como ya ha pasado)... y personalmente A MI no me vale eso de " yo no sabía nada", a lo Espe. Tampoco el silencio, algo muy habitual en más de uno. Mirusté, aquí TODOS pagamos cuotas y la "institución" nos representa a todos por igual.
    Muchas de las posiciones de indiferencia y de visión del tema institucional desde el palomar son por puro miedo. Miedo a perder la parcelita, al descrédito, a la demanda, a la bronca,....incluso al despido. Así de crudo, miedo. Ojo, es mi opinión.
    A mí el futuro de la enfermería, si no hacemos algo pronto, me recuerda al poema de Martin Niemöller.
    Lógicamente son temas muy dispares sin nada que ver, pero la línea del poema se puede adaptar a lo que nos está pasando como colectivo:

    Cuando el Congreso tumbó la prescripción enfermera
    guardé silencio,
    porque yo no era de primaria,

    Cuando expedientaron a las enfermeras de Madrid
    guardé silencio,
    porque yo no era de Madrid,

    Cuando mis compañeros no pudieron votar, ni hablar en la Asamblea de mi Colegio
    no protesté,
    porque yo nunca voy al COE,

    Cuando cerraron la vía excepcional en las especialidades
    no protesté,
    porque yo no llevo 20 años en mi puesto,

    Cuando los farmacéuticos comenzaron con el seguimiento de los crónicos
    no protesté,
    porque yo trabajo en urgencias de un hospital,

    Cuando mis hijos acabaron enfermería, no había ya donde trabajar, ni buenas condiciones, ni futuro,
    tampoco había quien pudiera protestar conmigo ni dónde acudir.

    Pues un poco esto. O arrimamos todos o estamos condenados. También es cierto que un despropósito de 30 años no se cambia en 4 días. Seamos optimistas.
    Quedan pendientes esas cervezas.
    Apuntao.

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  9. Lo de las cervezas está hecho!!!
    En cuanto a tus argumentos, creo que son más para justificar tus propios motivos, que comparto totalmente, que una explicación real de la situación del colectivo.
    Yo solo digo que no todo es tan absoluto.
    Hay quién no tiene miedo y solo quiere ir a trabajar y volver a casa. De esos hay cientos...
    También puede ser que haya quién solo quiere un buen curso, aunque sea de un mal sindicato, porque eso supone mejorar sus puntos en la bolsa.
    Incluso también puede que haya quién crea que vendiendo libros, independientemente de quién financie la venta, mejora la imagen de la profesión.

    Los que hacen estas cosas no son el enemigo... ni como el enemigo. Pueden estar equivocados pero son una parte de la profesión.

    Un abrazo

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  10. Creo que no me he explicado bien.
    De acuerdo en que muchas enfermeras solo quiere ir a trabajar y volver a casa, y otro tanto solo quiere un buen curso, aunque sea de un mal sindicato. Todos estos me temo que suman mas del 90% de la profesión, para nuestra desgracia.
    Yo no hago referencia a esta gran masa dela profesión que, no lo olvidemos, es a la que hay que movilizar. Y en ello estamos.
    En mi pequeña aportación dije: "yo creo que hay enfermeras con perfiles más "marcados y visibles" que otros y quieran o no, están abocadas a posicionarse".
    Por eso con eso de los vendelibros no estoy de acuerdo, Andoni. Para mi son compañeros que pertenecen a este grupo que te comentaba. Tienen posición y visibilidad y lo triste es que "meten pico" cuando les interesa en temas laborales-institucionales y cuando alguien les pregunta de forma directa, pues "yo es que vengo a hablar de mi libro".
    Lo dicho, ser visible y puntero, tarde o temprano te exige una posición sobre este GRANDÍSIMO mal que tenemos como profesión, nuestras instituciones. Por mucho que quieras que "crezca la profesión" no puedes comer de la misma mano que la está ajusticiando y mirar para otro lado con una sonrisa burlona.
    O como otros, que van dando "lecciones magistrales" y reflexiones buenistas en sus blogs y twitter y luego decir que "esta no es mi guerra, dejadme en paz" desde el palomar, cuando este o aquél COE te tira migas al bolsillo día si, día también.
    En fin, este grupo de compañeros en cualquier momento, cuando esto reviente de tanta porquería acumulada, se tendrán que explicar o al menos posicionar. Y veremos.
    Yo personalmente opino que estos compañeros sí deberían tener altura de miras y posición AHORA ya que, como dijo Esteban, hay gente que está poniendo pasta, tiempo, esfuerzo, patrimonio y recibiendo demandas y disgustos. Y LO SABEN.
    Por lo tanto, es cierto que no son el enemigo, ¡por supuesto!, pero llegado el momento (que sabes que llegará) es mejor que,por lo menos, no se pongan en medio del camino y sigan comentando a que huelen las nubes, por que los que están caminando por la senda correcta no van a tener reparos en pisar callos ajenos. Sean de quien sean.

    Dos entradas largas en tu blog, dos cervezas de las buenas me debes ya. ;)))

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  11. Gracias por tu post y tus comentarios Andoni.
    En mi opinión, no podemos mirar para otro lado o ser meros espectadores ante los Colegios y el CGE, que tienen la representación e exclusiva de nuestra profesión. Nos jugamos mucho para nuestro presente y futuro. No podemos callar ante unos dirigentes que no son no son democráticos y que son un lastre. Ya sea en nuestro Ayuntamiento, Gobierno...o en las instituciones enfermeras. Toca y urge posicionarse.

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    1. Precisamente a eso me referia... lo que pongo en duda es que todo el mundo este obligado a posicionarse.
      Aun así yo lo he hecho ;-)
      Un abrazo

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  12. Sigamos adelante, cada uno en lo que pueda.
    Un abrazo

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