martes, 26 de enero de 2016

The "Walking Dead" Nurse


Hace un mes que no publicamos en el blog. Pero esta vez no ha sido sin querer. Después de la publicación en BOE el pasado día 23 de diciembre del famoso RD que regula la "Prescripción Enfermera" hemos decidido dejar unos días para observar. Tomar un pequeño respiro para ver que se cocía. 

Pero una conversación airada con el responsable de la cuenta de Twitter de SATSE Andalucía nos ha hecho decidirnos a dar nuestra opinión hoy mismo.

Para quien no conozca el periplo que nos ha traído hasta aquí, recomendamos la lectura de esta entrada de Alba Brugués en el blog Avances en Gestión Clínica o esta presentación de la compañera Alicia Negrón.

Por un lado no queríamos dejarnos llevar por la víscera contestando y cargando bilis contra la caverna médica o sus intermediarios (Ministra Pastor incluida). Pese a que alguna que otra declaración invitaba a contestar y a montar otro #TheCofiaDay a lo grande, lo sensato era esperar a que, aquellos que más saben, nos explicaran las verdaderas consecuencias de todo esto. Sobre todo, porque la mayoría de los médicos piensan que este lío no les beneficia para nada (incluso hay algunos que nos dan hasta la razón).

Por otro lado, queríamos ver qué decían las comunidades autónomas que, o bien tenían una regulación propia a este respecto, o bien estaban en disposición (o habían mostrado su predisposición) a regular y permitir cierto tipo de prescripción por parte de enfermería. En estos días, con algo más de lentitud de la esperada, poco a poco, la mayoría de los partidos políticos y CCAA no gobernadas por el actual partido en el poder (Navarra y Murcia son una excepción)  han expresado su predisposición a derogar, no acatar o recurrir la norma de marras. Puedes ver todas las noticias en el pie de esta otra noticia que habla de que, hasta los directivos son conscientes del lío montado. Además, Baleares, Euskadi y Andalucia han expresado por escrito esta situación. O sea, que la norma, por mucho que empeore (y lo hace) el escenario anterior, nace prácticamente muerta.

En penúltimo lugar, no queríamos entrar al trapo y colaborar indirecta e involuntariamente montando una huelga competencial (la iniciativa #TheCofiaDay lo fue) que es con lo que amenazan los verdaderos causantes de todo este tremendo desaguisado, aquellos que desde hace unos años se arrogan la representación de todo el colectivo enfermero: el Consejo General de Enfermería y el Sindicato SATSE. 

Porque, se pongan lo dignos que se pongan y manden ahora todas las circulares que manden, los verdaderos responsables de esta encrucijada (por decirlo suavemente) son ellos. Aquellos que nos prometieron el oro y el moro tras la publicación de la llamada Ley del Medicamento (por allá el 2006) y que, desde entonces, solo se han preocupado por incluir en la norma la "innecesaria" necesidad de que una entidad externa (OMG!! esa entidad externa son ellos mismos) nos acredite. Aparte de las excelentes explicaciones que puedes leer (como siempre) en el blog de Juan H. Yañez sobre el desastre de todo el proceso y el papel de estos dos actores principales y de la inaceptable (por no decir desagradable y desafortunada) campaña de difusión de la maquinaria del sindicato SATSE para tapar sus propias vergüenzas (que puedes ver en este post de Nueva Enfermería), lo esperado, procedente y, por qué no decirlo, decente,  habría sido que los máximos responsables de estas dos entidades hubieran presentado su dimisión por su manifiesto fracaso.

Pero esto no ha pasado, lo que nos lleva al siguiente y, personalmente, más doloroso punto.

¿Dónde está la enfermería a la que afecta este RD y todo el revuelo montado en torno a él? Durante todo este mes hemos prestado especial atención a las conversaciones de pasillo, a las conversaciones en la cafeteria, a las conversaciones en los controles y a las conversaciones en grupos de whatsapp y, a excepción de algunas conversaciones en RRSS (donde casi siempre hablamos los mismos), el grueso de la profesión está en otras cosas. En cosas mucho más mundanas: los puntos en la bolsa, los días de permiso, las próximas oposiciones en Andalucía y Canarias, o las renovaciones masivas de eventuales, etc. Estas conversaciones y otras más profundas se las traen al pairo. Como para esperar que los Sres. González Jurado y Aznar se sientan presionados por una masa social amenazante y exigente.

Es decir, el espíritu de la enfermería, ese al que tanto aludimos cuando nos interesa, directamente no existe.

El único espíritu que le queda de la enfermería, vaga cual Walking Dead por los pasillos de los centros sanitarios, mirando su planilla, pensando en salir pronto y esperando al siguiente contrato o un traslado a un puestito tranquilo y fijo de mañana en un centro de atención primaria.

Y así nos va...




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