jueves, 15 de septiembre de 2016

Todo es mentira...



Hace ya casi un par de meses que no publicamos en el blog, lo que no significa que no hayamos estado al tanto de lo que venia ocurriendo.

Este verano, como novedad, además de las habituales noticias sobre cierres de camas en diferentes hospitales, saturaciones de servicios de urgencias, desencanto de profesionales y noticias institucionales para tamponar el impacto negativo de todo lo anterior, la sanidad pública se ha convertido en centro de la contienda política en Andalucia.

A un lado del ring la consejería y el partido del gobierno regional y al otro además de los sindicatos, se han unido, por un lado el partido que en Andalucía dice una cosa mientras que en otras comunidades hace lo contrario y, por otro, el aspirante que utiliza muy bien los nuevos medios digitales - mucho mejor los anteriores - y que los aprovecha para lanzar titulares cargados de medias verdades (o mentiras a medias) y "términos" de mucho impacto social.

Mucho bombo tuvo la noticia de que en Andalucía se paga más a los médicos que más recortan, algo que, simplemente, es retorcer la verdad. Nuestra organización lo que hace es incentivar a los que hacen un uso racional de los recursos, que hasta donde yo sé, no es recortar. Eso no quita que, como ya dijimos en esta entrada, nuestro sistema de incentivos no sea más que mejorable.

También se ha repetido hasta la saciedad que se está produciendo una privatización encubierta de la sanidad pública. Y de nuevo es una media verdad. Como ya dijimos también aquí, es preocupante que mientras la sanidad pública sufre una tremenda infradotación de recursos y una más que preocupante infrafinanciación, la sanidad privada vaya como un tiro, pero sentenciar que hay una intencionalidad política en una de las pocas comunidades que no ha promovido la colaboración público privada, una red de centros de titularidad privada en la red pública o el mixto-lobo de Cataluña, es mucho decir.

De nuevo hay medias verdades en lo de las listas de espera. Ni somos tan punteros como nos intenta decir nuestra organización - todos sabemos que siguen existiendo centros donde algunas solicitudes se guardan celosamente para que no salten las alertas de DIRAYA - y habría que darle una vuelta a los indices de utilización y rentabilidad quirúrgicos, ni estamos tan desastrosamente mal como da la sensación en artículos como éste.  Lo que es indudable es que en Andalucía, posiblemente gracias los decretos de garantías y, sobre todo, al esfuerzo de los profesionales, no se espera lo mismo que hace unos años.

Tampoco es cierto que seamos la comunidad autónoma que menos presupuesto destina a la sanidad pública aunque lo hayan repetido hasta la saciedad desde la bancada política y los medios generalista, porque el verdadero indicador no es el gasto por habitante y año como , sino que porcentaje del PIB se destina a sanidad ya que cada comunidad tiene una riqueza distinta y Andalucía no es la más rica que digamos. Esto no quiere decir que seamos la que más destina (concretamente estamos por encima de la media española en 2014) ni que no haga falta una mayor financiación ni muchos menos. 

En definitiva, que en lugar de tratar de ponerse de acuerdo en que nuestro sistema sanitario público necesita una repensada, en hacer propuestas y, sobre todo, en como conseguir más financiación (habrá que ver de donde sale) utilizan medias verdades y nuestras penurias para lanzárselas a la cara.

Y mientras tanto, los problemas del diario siguen si resolverse o se van cronificando mostrándonos un futuro nada prometedor, como tan bien nos cuenta Sergio Minué en esta imprescindible entrada.

Porque, como dijo aquel filosofo aquel estadista el presidente en funciones, todo es mentira, salvo alguna cosa.


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