martes, 22 de marzo de 2016

La música y la letra



Que conste de entrada que nos parece encomiable el esfuerzo profesional y personal que los miembros de PiCuida están haciendo en su gira #PiCuidaentucentroque nos sentimos muy orgullosos de haber aportado un minúsculo granito de arena en el documento final de la Estrategia de Cuidados de AndalucíaQue como dijimos hace poco en "Roma no se construyó en un día", el camino por recorrer es lento y tortuoso.

Pero como en las canciones, lo que hace grande a un tema es la coherencia entre la música y la letra.

En este caso, la letra se lee muy bien. Podríamos decir que excelentemente. Máxime cuando la defienden en tu propia casa, con tanta pasión y tanto convencimiento Nieves Lafuente, Serafín Fernández y el resto del equipo del PiCuida.

Es metafísicamente imposible que, después de tanto años reclamando un futuro mejor para la enfermería, no nos parezca magníficamente bien que, al fin, la enfermería andaluza cuente con un plan de desarrollo para los próximos años. Una estrategia (que aunque parezca una tontería es mucho más, simbólicamente hablando, que un plan integral) en la que encajen las especialidades, las prácticas avanzadas, el desarrollo de competencias, la formación y selección de mandos intermedios, el uso de las TICs en el cuidado, la participación de los pacientes o una red de cuidados.

Un documento ambicioso, muy bien trabajado y estructurado (si, somos muy frikis y lo hemos leído un par de veces), que marca el ilusionante camino que deberemos recorrer en los próximos años. El resumen ejecutivo debería estar colgado en todas las salas de estar.

Pero la realidad del diario de cada centro es bien distinta. La música que cada día se escucha en los pasillos y en el run run de las redes sociales no encaja con esa letra.

No se puede escuchar que se va a potenciar la gestión de casos sin acordarse de que se han perdido muchas plazas de enfermeras gestoras de casos y, además, no se sustituyen sus ausencias. Es difícil oír hablar de prácticas avanzadas y no pensar en que algunas enfermeras aún tienen que rellenar las constantes en una gráfica en papel y con un bolígrafo de 4 colores. Es complicado oír que se van a crear plazas de enfermeras especialistas y no recordar que hace más de 20 años que no tenemos decreto de plantilla, las plantillas de los centros están en mínimos, no se cubren las reducciones de jornada o no se sustituyen las jubilaciones. Es difícil no pensar en como no siempre los mejores acceden a los puestos de gestión (o necesitan 4 intentos) al tiempo que te están explicando que se va a mejorar el desarrollo y el sistema de selección de cargos intermedios.

Del RD de prescripción o de la dirección de las UGCs ni hablamos...

Y ahí es donde radica el problema. En la posibilidad de que mucha gente vea una tremenda inconsistencia entre los que oye y lo que vive. En que todo el esfuerzo que se está haciendo (y que de nuevo agradezco) desde PiCuida pierda consistencia porque letra y música no encajen. Que toda la apuesta que se está haciendo se convierta en desgaste y en una pérdida de ilusión.

Nosotros estamos convencidos de que éste, el que marca PiCuida, es el camino. Y ahí estaremos para lo que los responsables de PiCuida necesiten... pero estamos convencidos de que los cambios no se pueden quedar solo en el papel, tienen que ir más allá.

Quizás es que nosotros vamos (queremos ir) demasiado rápido. Quizás solo veamos pegas donde otros ven oportunidades. Quizás es que somos demasiado críticos (algunas aún nos llaman antisistema). Quizás somos demasiado Troyanos.

O quizás, a los primeros que habría que convencer es a los gestores enfermeros de cada uno de los centros que son los responsables de toda la música.

Lo que es cierto es que para que letra y música encajen hay que buscar al grupo que  que la toque bien y, sobre todo, que comprenda y sienta la canción.

Y para muestra un botón: Ramoncín destrozando esta magnifica canción de Nirvana...





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miércoles, 9 de marzo de 2016

Tiempo de Prefijos


Es relativamente frecuente leer noticias como ésta de asociaciones y plataformas de pacientes reclamando  o esta otra en la que la cartera de servicios de un hospital se ve afectada por la fuga de especialistas.

Cualquiera interesado en la gestión sanitaria sabe de los problemas habituales que tienen los hospitales comarcales para competir con los grandes complejos universitarios en la captación y fidelización de especialistas donde el desarrollo y crecimiento profesional es relativamente más sencillo.

La explicación más habitual es hablar de precariedad, de contratos de mala calidad o de incentivos. 

Pero la realidad es que la fuga se produce porque el ambiente no es atractivo. A menos que se consiga crear un ambiente amable como el que tan bien explica Iñaki en esta entrada, el goteo de profesionales que se van tan pronto tienen una oportunidad es continuo e incesante.

Pero no solo lo dice Iñaki (para nosotros es suficiente que lo diga él) sino que también lo dice Don Berwick en esta videopresentación de un informe de The King´s Fund.


Para saber como evitarlo, lo prudente sería buscar, leer, informarse hasta llegar al concepto de Hospital Magnético. Más información sobre este concepto la podemos encontrar en esta entrada en Salud con Cosas o esta otra de Cuidando.es, dos blogs imprescindibles que han hablado de este concepto.

Contadas son las excepciones en las que un hospital consigue hacerse magnético y lo habitual es que se produzca justo lo contrario. Haciendo uso de la riqueza de nuestro castellano, le podríamos poner algunos prefijos a la palabra magnético para designarlos. 

De este modo nos encontremos hospitales a-magnéticos (que no son magnéticos), hospitales hipo-magnéticos (que son poco atrayentes) y, como alguno que conocemos, hospitales que se han convertido en lo contrario que deberían ser, sencillamente en anti-magnéticos.

Como dice este editorial de la revista Tesela que se titula como esta entrada, es el momento de analizar no sólo los problemas sino los meta-problemas (problemas que causan problemas) para pensar no sólo en soluciones sino en meta-soluciones (soluciones que permiten soluciones).

Y esto se deberá realizar desde un nuevo modelo de gestión, desde un nuevo liderazgo que tenga claro que lo importante no son los huevos sino las gallinas.

El gerencialismo ha fracasado.


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