martes, 9 de diciembre de 2014

(mal)pensando en voz alta


Hace un mes desde nuestra última entrada en el blog, pero es que estamos enfrascados en mil y un temas y el día no da para más.

Son muchas las cosas que han pasado en estos días de las que podríamos hablar. 

Podríamos hablar de la forma en la que algunas organizaciones, habituales en el espacio de la inacción y del mirar para otro lado, están haciendo un uso aprovechado de la iniciativa #EnfermeriaVisible.

Podríamos hablar de dónde están los que dicen ser nuestros representantes (colegiales y sindicales) cuando, tras aparentemente negociar durante meses, se termina publicando una norma que "excluye explícitamente" a las enfermeras de dirigir una unidad de gestión siempre que haya algún médico en ella, con el "novedoso" argumento de que una enfermera no puede mandar sobre un médico.

Podríamos hablar de la destitución-camuflada-de-dimisión de la Ministra de Sanidad por temas nada sanitarios o de la destitución del Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid por decir lo que, en el fondo, piensan muchos de los médicos de las viejas (y no tan viejas) élites de este país.

Pero nos vamos a quedar con algo que hemos aprendido en el último módulo del Experto que andamos haciendo por tierras granadinas.

En los últimos tres días nos han enseñado cuál es el método para calcular la financiación de la sanidad y de los centros sanitarios, que cada comunidad autónoma tiene un sistema de contabilidad analítica para monitorizar los costes, que el que existe en Andalucía para comparar centros y unidades es de libre acceso (sí, sí, de libre acceso) y, lo mejor, que se puede y se debe medir la eficiencia de las unidades mediante herramientas (algunas gratuitas) de Análisis de la Eficiencia Relativa de las organizaciones sanitarias mediante métodos frontera.

Y vuelve uno a casa con cara de medio tonto (si no de tonto integral) con una cuestión que ronda en la cabeza... Si se puede medir la eficiencia de las unidades ¿Por qué los ajustes se hacen siempre de forma lineal y en igual intensidad para todas la unidades sin medir productividad, eficiencia y costes marginales? 

Las respuestas posibles solo señalan en un sentido. ¿Es posible que no quieran o no sepan monitorizar la eficiencia de las unidades y que por inacción, desconocimiento, complacencia o dejación, los responsables de imponer dichos ajustes deriven su responsabilidad hacia los gestores intermedios y finales?

Que cada cuál responda a esta pregunta según su experiencia. La conclusión a la que  llegamos en este blog la imaginará cualquiera que nos lea.

Al final va a ser verdad que no es bueno aprender demasiado porque puede ser revelador.

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4 comentarios:

  1. Hola compañeros,

    Gracias por esta reflexión. Ya sabéis que yo soy un "romántico" y algunas cosas no termino de creerlas o verlas. Imagino, que l@s políticos que se reúnen en un Consejo de Ministros, o en un Consejo Interterritorial, etc (decisores) son personas preparadas, informadas, que conocen perfectamente todas las cuestiones que habéis planteado y que no se dejan llevar, solamente, por el recorte que deben realizar para llegar a final de año con los objetivos de déficit al día.

    Estoy seguro de que los decisores en salud realizan un ajuste lineal porque saben, conocen, entienden que es lo mejor para los ciudadanos. Porque realizar ese tipo de ajuste es el que mejores resultados en salud tiene, motiva a los profesionales, no produce desigualdades y porque a nivel económico, es la mejor opción.

    Ya veis, tengo el #modoironiaactivado pero es que esta cosas son un poco "sorprendentes" en los tiempo que corren... (No os van a dejar hacer más expertos de estos...).

    Gracias por la reflexión. Un saludo y al turrón!

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    1. Gracias a ti por participar... y por ese toque ácido e irónico. Si no nos lo tomaremos con algo de sorna, sería para tirar la toalla en cualquier momento.

      Afortunadamente esto solo puede ir a mejor.

      Un abrazo.

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  2. Hola, gracias por haber tocado este tema, uno de mis preferidos. Yo creo que s necesario instaurar, estandarizar y evaluar un sistema de información con indicadores de calidad, de actividad y de eficiencia que visibilicen el trabajo enfermero, que aporten valor a los resultados clínicos de la Unidad y que aporten resultados en salud a los pacientes que atendemos y cada unidad teniendo en cuenta sus características debe identificar sus propios indicadores y medir sus resultados. Con ello daremos visibilidad al aporte de la enfermería en los resultados generales de la U.G.C. y aumentaría nuestro peso específico en la Unidad.
    Ya lo decía en 1986, M.F Colliére hablando del concepto "Cuidados Invisibles" en estudios que demostraron la desproporcionada y poco reconocida presencia de los profesionales enfermeros respecto a las intervenciones y resultados en el proceso asistencial. Y continuamos igual. No interesa medir la eficiencia , es más cómodo y menos complicado ir a "tajo hecho" por igual en todas las Unidades de forma líneal, sin medir nada más, imponiendo unos indicadores que no reflejan realmente la eficiencia ni la productividad de las Unidades, porque medir conscientemente repercutiría en adaptar los resultados a otros conceptos de gestión como plantillas, sueldos....Uff demasiado complicado. Al final llego a la conclusión que ni siquiera se lo plantean porque no saben cómo hacerlo. Aunque pienso que motivaría a los profesionales al hacerlos partícipes de la Gestión de su propio trabajo, consensuando indicadores y proponiendo propuestas de mejora.
    Gracias de nuevo por dejar expresarme en vuestro blog.
    Gracias aprendo mucho de vosotros... y reflexionáis siempre en los puntos claves. Sí yo pienso de otra manera de gestionar es posible....Pero....
    Un abrazo.

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  3. Muchas gracias por tus palabras Mati.
    Muchos somos los que compartimos esa reflexión... lo que habria que pensar (al menos eso salí yo pensando de clase) es porqué nuestros popes, referentes y dirigentes no lo reclaman exactamente como tu lo has hecho.

    En fín... seguimos en el camino.
    Un abrazo.

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