lunes, 28 de enero de 2013

Tu si que NO vales


Aún recuerdo cuando, siendo pequeño, mi abuela nos regañaba a mi hermano y a mi diciendo "a ver si echáis talento".

Mi abuela nunca supo explicarme exactamente qué era aquello del talento. Aunque no era una mujer iletrada, ni tenía estudios universitarios ni tenía los medios actuales para ir a la Wikipedia a buscar la definición. Pese a no tener la definición exacta, siempre tuve la sensación que talento era una mezcla de aspectos positivos que deben reunir las personas para hacer las cosas lo mejor posible.

Han pasado los años, y al fin hoy creo saber qué es el talento. Y no porque tenga la definición a golpe de ratón, sino porque cerca de cumplir los 39 me he cruzado con demasiada gente que, precisamente, carece de él.

Pero lo triste es que gran parte de esa gente tan falta de talento es gente que ocupa algún puesto de responsabilidad. Los puedes encontrar en casi cualquier sitio: en una oficina bancaria, en correos o en la política, por poner algunos ejemplos.

Y tristemente en las organizaciones sanitarias, al igual que en la política, hay mucha gente que ha ido progresando pese a su falta de talento. 

Habitualmente compensada esta carencia con otras "virtudes" como la fidelidad al superior, la obediencia debida o la ausencia de espíritu crítico, son profesionales del browning, del "¿y qué hago yo ahora?", de la técnica del "ventilador" para esconder sus vergüenzas traspasando la responsabilidad a otros. Pero, sobre todo, profesionales de la gestión continuada apagando fuegos, que habitualmente  ellos mismos han encendido y azuzado,  que los hace sentirse muy orgullosos y válidos confirmando aquello del efecto Dunnig-Kruger.

Y así difícilmente podrán las organizaciones sanitarias ir a algún sitio concreto, por mucho que haya loables esfuerzos como éste del blog Gestión de Enfermería

Lo malo es que hará falta mucho tiempo para que este país se recupere de este estropicio porque,  como bien dijo David Jiménez en su blog (que no Forges :P) en este país han triunfado los mediocres (cuando no directamente los estúpidos de las Leyes de la Estupidez Humana de Cipolla).

Aunque aún hay esperanza. Afortunadamente, aún queda talento donde menos te lo esperas.


Este post está dedicado a nuestra compañera Inma Fernández que cada día sufre por la falta de talento ;)

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4 comentarios:

  1. No te olvides de aquellos que ascienden por despeje, para quitártelos de encima siguiendo la máxima de "tu sigue hablando así del burro, a ver cómo lo vendes...".

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    1. jeje Yo, a estas alturas, ya no me olvido de nada... o de casi todo!!
      Un abrazo Rafa.

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  2. enfermero9 se refiere al conocido "Principio de Peter" de que cada quien llega a su máximo nivel de incompetencia...

    Generalizar no ayuda mucho en el análisis de este tema; por desgracia tenemos en sanidad una buena piedra de toque respecto al talento y la motivación de los cargos intermedios (los "intermediarios") ya que si bien en enfermería son de libre designación y han de 'gozar' de la confianza de quien los nombra (algo lógico) en medicina las jefaturas (de servicio y/o sección) parecen cargos vitalicios... y también abundan los casos de "falta de talento".

    Para mí el problema es de comunicación y de respeto mutuo; existe una tendencia a compartimentar los ámbitos de toma de decisiones (y de responsabilidades) y de ahí la habitual cantinela de "eso no es cosa nuestra y no lo podemos cambiar".

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    1. Gracias por comentar Salva. Generalizar no ayuda pero, de vez en cuando, uno escribe desde las visceras.
      El post es general aunque cada cual que ponga las caras que quiera.
      El sistema de selección es muy mejorable!!

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