miércoles, 31 de agosto de 2011

EXPERTISE


Esta tarde ha habido un interesante debate entre 4 enfermeros (@enerevenfermera, @esgosu, @igonzalezh y yo mismo) con un cirujano twittero (@fjaviherrera) a raíz de la queja que éste hacía sobre la gestión de sustituciones (echaba las culpas a las rigideces de selección impuestas por los sindicatos) y la poca especialización de los enfermeros sustitutos en una unidad de cirugía y su repercusión sobre la calidad asistencial.

Sobre el primer tema he contestado que los sindicatos velan porque las contrataciones se ajusten a la norma sin discriminaciones, aunque desconozco cómo será exactamente en Navarra.

Sobre el segundo tema es donde he mostrado mi desacuerdo. Creo que es mejor ser experto que especialista. Y este post es para explicarme mejor.

El desarrollo de las especializaciones aparece tras el intento de aumentar la eficiencia de los procesos productivos después de la consolidación de la revolución industrial. Con el fin de mejorar estos procesos y abaratar costes, la industria abogó por sectorizar la actividad laboral. Como consecuencia de ello, el "especialista" se limitaba a realizar la labor para la que había sido formado/designado olvidando todas las demás partes del proceso productivo.

A partir de ese modelo y debido al posterior desarrollo tecnológico, la medicina de inicios de siglo comenzó, copiando a la industria (como se hace también hoy), a generar especialidades en función de parámetros fisiológicos y bioquímicos. Así nacieron muchas de las actuales especialidades biomédicas.

Estas especialidades y subespecialidades tenían su sentido cuando el sistema sanitario atendía a sanos que enfermaban. Es decir, el especialista solo atendía un proceso: el suyo. Pero la situación ha cambiado y no siempre se atienden sanos que enferman. Sin embargo, el especialista se ha especializado tanto que es incapaz de hacer procedimientos para los que fue formado antes de especializarse. De ahí que el Obstetra consulte al endocrino en caso de diabetes o al internista en caso de hipertensión. Y esto no siempre mejora la Calidad Asistencial.

Tanto es así que incluso el propio colectivo médico debate sobre esta situación, sobre si el Médico de Familia no estará infrautilizado y el sistema de subsubespecializaciones equivocado.

El colectivo enfermero, universitario desde hace muy poco tiempo, ha crecido a la sombra del colectivo médico y ha copiado parte de sus procesos. Y aunque se han desarrollado algunas especialidades a imagen y semejanza de especialidades médicas, la gran virtud que tiene la enfermería a día de hoy es que no ha caido en esa sectorización fisio-bioquimica de los pacientes que atiende. No los clasifica por patologías o por enfermedades aunque así lo estén en el hospital, lo que nos aporta una versatilidad y polivalencia que es la que nos hace tan importantes para el sistema. Un enfermero experto con esta visión holística e integradora puede estar en UCI, en Cirugía o en Medicina Interna. 

Y la clave es la palabra "experto" que no es lo mismo que especialista. El experto es aquel que desarrolla habilidades o técnicas específicas pero sin delimitar su labor ni olvidar las que ya conocía. Y de ese modo uno puede ser experto en más de una materia (que no enfermedad) tanto por experiencia como por formación... y en el fondo es a este enfermero experto al que echa de menos @fjaviherrera y otros muchos FEA cuando llegan los periodos de sustitución, a los enfermeros "viejos" (es la acepción coloquial de "experto") que "lo mismo sirven para un roto que para un descosío".

El sistema necesita expertos y la mayoría del colectivo puede serlo.

Y de ahí que la pelea del Consejo General (gestionado por antiguos ATS y enfermeros de vieja escuela) sea estéril. Porque las Practicas Avanzadas no son especialización...

Otro tema sería cómo certificar ese nivel de experiencia para evitar situaciones como con la que terminan los amigos turroneros en el post de hoy... una buena forma podría ser el sistema de acreditación de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía.

Todo esto no impide que en ciertas áreas sea necesario que existan especialidades y especialistas... que nadie se lleve a confusión. Pero, en la enfermería, como norma no.





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viernes, 26 de agosto de 2011

Browning Hidroalcohólico



Ya en alguna ocasión hemos comentado lo alejados que están, a veces, los diseños estratégicos de la organización de la parte operativa final.

Y para que nadie nos acuse de decir las cosas sin fundamento, vamos a poner un ejemplo práctico.

Muchos conoceréis el Observatorio para Seguridad del Paciente de la Agencia de Calidad Sanitaria de la Junta de Andalucía. El observatorio es un ejemplo de cómo se puede usar la potencia del 2.0 para transmitir y hacer llegar su mensaje. Entre sus iniciativas está la de promover la Higiene de Manos como práctica segura. Incluso lanzaron un simpático videojuego.

En la parte operativa pondremos a nuestro lugar de trabajo, una unidad de Medicina Interna de un hospital comarcal del SAS, con lo que ello supone para la seguridad del paciente.

Hace unos 5 años comenzamos a usar soluciones hidroalcohólicas para la higiene de manos, lo que recomiendan todas las organizaciones. Tras probar varias marcas nos quedamos con una que tenía presentaciones de medio y un litro. La de litro se podía poner en dispensadores fijos. Solo nos pusieron 2 dispensadores (en el baño y al final del pasillo) y, pese a nuestras presiones, el anterior supervisor no quiso instalar más por una cuestión de consumos (?).

Cuando el supervisor al fin se largó, conseguimos más dispensadores y pusimos solución hidroalcohólica en todo el pasillo, con lo que cualquiera en cualquier momento podía lavarse las manos.

Ésta era nuestra situación en mayo.

En Junio, la médico preventivista del hospital decide, como parte de su proceso de acreditación, solicitar el distintivo Manos Seguras. Hasta aquí, cojonudo.

Para ello, como el vecino Hospital de Algeciras ya tenía experiencia con este proceso, se decide cambiar de marca de solución hidroalcohólica para unificarla. Los dispensadores de pared son distintos por lo que había que cambiarlos. Contacta con el suministrador y consigue los dispensadores y decide, muy acertadamente, instalar no solo los del pasillo sino, además, poner uno en todas las habitaciones. Hasta aquí sigue siendo fantástico.

Cursa la correspondiente solicitud a mantenimiento para que algún técnico haga la retirada de los antiguos y ponga los nuevos. Y llega el día, en Julio, en el que un mecánico está libre y realiza el cambio. Retiran los 5 dispensadores viejos e instalan 17 dispensadores nuevos pero... NO HAY SOLUCIÓN HIDROALCOHÓLICA de la nueva marca.

Y aquí empieza la inefable teoría del Browning. Medicina Preventiva dice que ellos no son responsables de pedir la solución, el Subdirector de SSGG dice que alguien lo debería haber tenido en cuenta y que hay que decidir el formato, el responsable de la Unidad Logística dice que el código del producto para Algeciras no sirve para La Línea, la Subdirectora de Enfermería (que antes era la Supervisora de Seguridad) mutis por el foro (ni está ni se la espera), el Subgerente dice que alguien debe ser responsable y que hay que arreglar esa situación.... y sigue chorreando hacia abajo. 

Lo más kafkiano es que después de más de un mes seguimos sin que haya suministro de solución hidroalcohólica.

Así como vamos a conseguir el distintivo Manos Seguras??


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miércoles, 24 de agosto de 2011

Follar Mata

El primer mundo tiene una enorme epidemia de salud. Mientras en el cuerno de África la gente muere de hambre con la connivencia de occidente, en nuestros Centros de Salud no dejan de atender niños sanos.

Independientemente de la responsabilidad que se le pueda achacar al sistema sanitario, una enorme parte la tiene la publicity, esa artimaña publicitaria de condicionar al publico introduciendo productos o servicios en medio de noticias de interés general.


De ahí que casi todos los medios escritos, audiovisuales o digitales incluyan entre sus publicaciones recomendaciones de salud que más que conducir a conductas proactivas en salud son verdaderos agilipolladores del público general que termina inventando enfermedades y siendo pre-enfermo.

Que bebamos mucha agua y luego que no la bebamos. Que a la piscina siempre con gafas y protección del 2000 o nos quedaremos ciegos y tendremos un melanoma. Que comamos muchos tomates porque son antioxidantes y alargan la vida pero también una dieta rica en fibra para evitar pólipos. Que comer pescado azul es buenísimo, pero no atún rojo que entonces es malísimo. Que no juguemos a las consolas que engancha, menos si eres niño y gordo.

Incluso se generan decálogos de conductas que cambiarán tu vida. Cualquier cosa es posible.

Pero lo que me ha tocado la moral ha sido esta noticia. Y es que ya no se puede ni follar sin tener miedo a que te reviente un aneurisma que ni sabes que tienes… 

En fin, el que no se consuela es porque no quiere.





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lunes, 22 de agosto de 2011

Pronóstico Reservado

Esta siendo un verano un tanto raro, las ideas bullen en la cabeza como habitualmente pero no terminan de salir, quizás porque apenas nos sentamos delante del ordenador y solo consumimos a través de Twitter y del RSS.



Eso le ha pasado a esta entrada, llevamos muchas semanas pensando en escribir sobre liderazgo, más concretamente sobre la actual crisis de liderazgo, pero no terminaba de hilar, hasta que he leído esta entrada del 2007 del blog de Julio Mayol que ha tuiteado hoy.



No deja de sorprenderme cómo dos personas tan distintas, de espacios socio-laborales tan distanciados, de entornos culturales tan dispares podamos coincidir en las mismas conclusiones. Porque es exactamente lo que cuenta en esa entrada lo mismo que pienso yo. 

Ya lo pensaba en 2007 y después de 4 años, de lo peleado, de lo conseguido y de lo blogueado, sorprendentemente sigo pensando lo mismo. En 2007 pensaba que cambiando a algunas personas mejoraríamos el Hospital, pero tengo que reconocer que no ha sido totalmente así. Y esto es debido a que, aunque con el cambio de personas han cambiado algunas actitudes muy perjudiciales, los resortes siguen siendo los mismos. Esos pútridos resortes de los que habla Julio y que terminan situando de líderes a aquellos que además de no tener las virtudes necesarias, carecen de carisma (aquello de lo que también habló alegóricamente Alain Ochoa en su entrada de Papá Pitufo), cuya única virtud para llegar o mantenerse en el puesto no consiste en saberse al dedillo los mandamientos de la Gestión de Equipos, sino en sentirse como cochino en un charco en aquello que tan finamente nos contó también Julio en la teoría del Browning.

Por eso la mayoría pasan sin pena ni gloria, ocupan un sillón, una jefatura o una supervisión sin producir, sin gestionar, sin proponer, sin motivar, en definitiva sin generar resultados. Y da igual que sean los 100 primeros días en el puesto (a los que se les supone algo de ilusión) que años de experiencia para ser infragestores.

Pero el gran problema es que ésta no es una situación que afecte solo al Clínico de Madrid o al Hospital de La Línea, es el sistema sanitario público en general el que está muy enfermo, irremediablemente enfermo hasta el tuétano de esta crisis de liderazgo. 

Muy enfermo porque no incentiva al desarrollo de esas capacidades para la gestión entre los profesionales de base. El sistema es tan cortoplacista que coge al mejor clínico y, sin formarlo en gestión y diga lo que diga la evidencia, lo convierte en el peor gestor (con la consiguiente pérdida en ambas esferas), con lo que gestionar termina siendo un actividad con muy mala prensa.

Muy enfermo porque lejos de reprobar esta falta de aportación al sistema, la premia en forma de destierro con honores, conservando nivel y salario, engordando la lista de puestos improductivos, sin contenido y creados ex profeso cual cementerio de elefantes, y la cuantía del, siempre recortado, capítulo I. Porque esta crisis de liderazgo lo es también de liderazgo político.

Muy enfermo porque nunca entiende las críticas como oportunidades de mejora sino como una enorme amenaza para la que no para de crear mecanismos de defensa como la Disposición Adicional Primera del Borrador de Decreto de las UGC de Andalucía.


Tan enfermo que su pronóstico es reservado.



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jueves, 11 de agosto de 2011

La Cara B

Lo prometido es deuda, y después de las muchísimas ganas puestas para felicitar al amigo Iñaki y las perlas de videos que nos habeis enviado, hemos querido hacer este pequeño homenaje para agradeceros vuestra participación.



Gracias a todos por haberlo hecho posible. Sois los mejores!! 


@goroji, @inesbajo, @manyez, @tekuidamos, @msconcu, @merbondal, @rutroncal, @cuidandosfs, @fransanlag, @ayli_pjj, @mrsrosaperez, @dagmar96hours, @taitechu y por supuesto la Guest-Star @albanta y la @comisiongestora.


Un fuerte abrazo a todos!!


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miércoles, 10 de agosto de 2011

Felipe´s Project: Una historia sobre RRHH

Antes de irnos de vacaciones pensamos en los post que publicaríamos en vacaciones y hoy, que estamos de noche, tocaba escribir un post sobre liderazgo y EFQM ya que nuestra nueva Directora de Enfermería a pasado los 100 días de cortesia.


Pero hace algo más de un mes, a alguien le salto un aviso de que hoy tocaba preparar una felicitacion cumpleañera... y se cambiaron los planes. 


La tuitpandi se puso a ello. Se creo un orgiástico grupo en esa endemoniada aplicación llamada whatsapp. Durante varios días, fundamentalmente a la hora de la siesta (parece ser que las mujeres no entienden de eso) se estuvo debatiendo sobre el formato de la felicitación... propusimos crear un grupo en Google pero por hazares del destino y del p*to diccionario del iphone la palabra Google se transformo en "felipe"... y así nació la Operación Felipe.


Hemos manejado todos los recursos y hemos sido bastante humanos (pese a nuestra total entrega incluso hemos ido a la playa) y, finalmente, hemos sido capaces de mantener en la sombra esta operación secreta durante casi todo el mes de Julio... y el resultado es este: Felipe´s Project Final 2.0.


Felicidades Amigasho!!!





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miércoles, 3 de agosto de 2011

Una Delgada Linea Roja

Aunque estemos de vacaciones y estemos medio conectados, seguimos leyendo lo que se va publicando por la blogosfera.  Y por eso y porque estamos sensibilizados en el tema, ya hablamos aquí de este tema, queremos participar del interesante debate que se ha generado en torno a las entradas de Sobrevivirrhhe, Homosanitarius y CarpeDiem sobre la atención en el final de la vida.

Sobre todo después de la noticia de la denuncia interpuesta por un familiar a un centro geriátrico por no retirar una sonda nasogástrica a una señora en situación terminal ya que entiende que eso no son cuidados paliativos.
Siendo éste, si alimentar mediante una sonda es paliar o tratar, un debate interesante, nosotros, por aquello de que somos asistenciales hospitalarios, queremos dar un pasito más.

Y, como siempre, queremos hacer una pregunta: ¿Desde cuándo tiene esa señora la sonda? ¿Cuál era su calidad y esperanza de vida en el momento en que alguien indicó la nutrición enteral?

Nos hacemos esta pregunta porque es, al menos en nuestra experiencia, bastante frecuente que sea el personal de enfermería el más sensible a ver el verdadero grosor de esa delgada línea roja que separa los cuidados paliativos del empecinamiento terapéutico y/o diagnóstico. Y más de una vez hay que hacer (los viejos enfermeros que son los que atesoran arrestos y galones) de pepito grillo de turno y preguntarle sutilmente al especialista correspondiente si “esa última bolsa de sangre es necesaria”, “si no se puede prescindir de ese último TAC que solo nos dirá lo que ya todos sabemos” o "si esa perfusión de DOPA va a conseguir algo más que alargar la agonía".


Y estas situaciones se dan pese a que Andalucía fue pionera y reguló estos momentos vitales con la Ley de Muerte Digna y estableció la limitación del esfuerzo terapéutico y diagnóstico para evitarlas. 

Y que nadie piense que hacemos esto como una forma de ahorrarle gastos al sistema (no creo que haya estudio que haya calculado cuantos miles de euros se van por esta vía), sino que, por aquello de que la enfermería tiene una visión holística del cuidado, lo hacemos como una forma de ahorrar un coste mucho más sutil y difícil de cuantificar (y muchas veces invisible para el especialista) y que es el sufrimiento, tanto del que está en la cama como del que ve que son los últimos días de un familiar que no quiere perder.

Una gran responsable de estas situaciones es la medicina defensiva. No la que consiste en cubrirse las espaldas ante posibles demandas, sino la de defenderse de las propias miserias. La de defenderse de la contradicción entre la  verdad asistencial de que la medicina es falible y la idea inculcada a hierro y fuego durante los años de universidad de que no curar es siempre un fracaso.

Cuando, a veces, el verdadero fracaso es seguir intentándolo. Porque es con esa frase "seguir intentándolo" con la que se autoengaña demasiada gente, incapaces por diferentes razones de aceptar la muerte. 


Y esa es la clave. Aceptar y acompañar en el momento de la muerte. El corto "Alumbramiento" es la mejor de las explicaciones.

Me quedo con la frase que cierra el artículo Cuidado o Tratamiento también en El Pais de hoy: 
“cuidados paliativos no es acortar deliberadamente la vida del enfermo, ni tampoco alargar innecesariamente su agonía”



Como el socio esta de "holidays" he tomado prestada una foto de Flickr cortesía de rodo.dentro


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